Autor | Albert Alegret
Si me permitis voy a contar una historieta. Es mi visión de quién será contratado por el Cliente para hacer los edificios de más de 100.000 € de honorarios (p.e. entre 2.000 m² y 5.000 m²) en un futuro próximo (proyecto, dirección facultativa y control). Es la siguiente.
Una (ESP) Empresa de Servicios Profesionales (propiedad de un Empresario Abogado o Fondo de Inversión o de un Promotor) se adjudicará el encargo por medio de una Licitación a la que el Cliente le habrá convocado, junto a 10 otras ESP más, y para la cual se acreditará una determinada facturación en los últimos años, se comprometerá a ejecutar un planing y comprometerá unos costes del servicio (honorarios a todas luces “demasiado baratos como para hacerlo bien y con calidad” pensaremos todos).
Cuando sea la adjudicaratia del encargo, la ESP nombrará un Gerente del encargo (su titulación dará igual, porque sólo firmará contratos con proveedores y facturas con el Cliente). Entonces aparecerán en escena los técnicos-profesionales que tendrán las “atribuciones legales” como el técnico-proyectista, el técnico-especialista en cimentaciones y estructura, en instalaciones, en detalles constructivos, en gestionar la información técnico-legal, el técnico-coordinador de obra, el controler, el project, etc……… Cada uno con la titulación exigida y su Póliza de Seguros, claro.
Los profesionales elegidos para hacer estos trabajos técnicos también realizarán una mini-licitación (tarifas de la ESP, concurso negociado, etc…), podrán ser personas autónomas o sociedades de profesionales (es lo deseable para la ESP), serán coordinados eficientemente por el Gerente, y cobrarán aproximadamente, entre todos, entre el 30% y el 50% de lo que facturará la ESP. Ésta les pagará sus facturas 60 días después de que la ESP haya cobrado las suyas (60 días después de haber ejecutado los trabajos).
Cuando hayan problemas técnicos el Gerente pedirá al profesional que lo atienda y resuelva, porque éste es el responsable de que todo vaya bién. Y si se interpusiera demanda judicial por vicios, que nadie dude de que a los profesionales se le aplicaría todo el peso de la Ley. Así, para la siguiente Licitación no es seguro que la ESP vuelva a contratar al mismo Gerente, ni éste a los mismos profesionales.
¿Y para qué nos cuenta éste ésta ridícula historieta, os preguntareis?
Foster&Partners Office
Pues la cuento para poder preguntarnos ¿y yo quién de estos personajes quiero ser? ¿el dueño de la ESP?, ¿el Gerente? o ¿el profesional técnico proyectista, técnico calculista, etc…?
Independientemente de todo el ruido habido y yendo a las cuestiones de fondo -modelo profesional-, no sería nada descabellado pensar que el objetivo de la Ley de Servicios Profesionales sea permitir que esta forma de trabajar (historieta) sea la habitual; y para ello debe permitir la entrada al Empresario de las ESP (hoy los arquitectos), a los Gerentes profesionales (hoy los arquitectos) y promover las condiciones de máxima competitividad y versatilidad para contratar a los Proveedores (hoy y mañana los arquitectos, ingenieros, aparejadores, etc…: a los profesionales “de toda la vida”).
¿Nos ayudas a descubrir cuál es el verdadero objetivo de la nueva LSP? ¿Será Foster el modelo inspirador?
Nota importante: este artículo se basa en suposiciones y no está en la serie sobre la LSP de Manuel Sagastume, serie, que evita todo tipo de suposiciones no contrastadas rigurosamente.
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4 comentarios
El objetivo de la LSP pretemde en cierta medida la eliminación de chiringuitos colegiales y el fin de la titulitis hispánica.
Todo lo que se haga en ese sentido bienvenido sea
Como Hilario… Ni más ni menos.
No estoy de acuerdo, la ley no sé que pretende, lo ignoro, pero la situación descrita es clara. El puesto más apetecible es el de gerente. Pero esta configuración se basa en un modelo viejo, el Win-lose. El técnico pierde, porque está desprotegido. El cliente pierde, porque nunca obtendrá un trabajo acorde a lo que paga, ya que este intermediario gerente requiere de un margen que antes no había. También pierde la sociedad en su conjunto verá como ya no habrá un 10% de obra buena, toda ella será todo lo mala que el gerente sea capaz de lograr. En definitiva, todos pierden, yo prefiero las estrategias win-win, pero para plantearlas hay que tener talento. El problema a mi juicio es que el que la ha redactado puede que quiera una cosa, probablemente positiva, pero carece del talento para lograrlo y simplifica. Obvia muchas cosas( efectos secundarios, colaterales que dicen ahora) y sucederá como pasó con la ley del suelo que fue un desastre. Eso sí, todos los que hoy aplauden esconderán la cabeza dentro de unos años como los que aplaudieron la figura del agente urbanizador. Creo que las cosas serias hay que pensarlas, y lamentablemente a veces, algunas veces hace falta gente que sepa del tema y no un político de esos que un día dirigen la política cultural del Prado y otro se levantan para organizar un gran hospital y sorprendentemente ni ellos mismos se sorprenden.
Gracias José por tu comentario.
Será interesante comprobar si el ganar-ganar se produce realmente, o sea, en la transformación del sector podemos medir un aumento de la eficiencia en la producción, o un aumento de la calidad, o una abaratamiento de los precios de los activos, o una mejora en la velocidad de hacer las transformaciones (= distancia entre que se piensa-promotor- y se disfruta-usuario-) etc… La gran pregunta es que nadie está midiendo estas simples 4 cosas: coste, calidad, precio, tiempo.
Un abrazo