Por José Javier Quintana
Precios más calculados, formas de pago incorrectamente negociadas, falta previsión cuando el trabajo es en misión parcial o cuando se interrumpe el proceso, insuficiente aseguramiento del cobro, etc. Si estas cuestiones te suenan y te gustaría poner remedio de cara al futuro, para tí está escrito este post.
one_Cálculo de Honorarios
No calcular bien los honorarios de arquitecto supone una fuente de problemas para el futuro, porque la realidad es testaruda y si no se han reservado los márgenes necesarios lo mismo toca hasta poner dinero por haber hecho el trabajo. Para el cálculo tenemos la documentación de Gonzalo Garcia Muñoz e incluso su programa para el cálculo de costes, honorarios y carga de trabajo del estudio. Por supuesto también es de gran utilidad la información sobre finanzas del libro [Rethinking Architecture]. En el mercado internacional, cuidado con olvidar la inflación.
two_Gestión de honorarios en llave en mano de servicios profesionales
Es habitual que se encarguen todos los proyectos relativos a un edificio al arquitecto y que este a su vez contrate desarrollos de instalaciones, topógrafos u otros profesionales. Debemos de tener en cuenta que el responsable a todos los efectos es el arquitecto -respondiendo frente al cliente- y que por lo tanto debe cobrar un porcentaje de los honorarios que subcontrata.
Three_Formas de pago
Las formas de pago son importantes. Deben de ser directamente proporcionales a la confianza que nos genera el cliente. Regla general: cobra cuanto antes. Otras reglas: (1) factura por meses la dirección de obra. (2) Si hay facilidades -retrasos- sobre la forma de pago de tu estudio, éstas generan intereses (3) no entregues el trabajo nunca sin haberlo cobrado. Por ejemplo: “El pago deberá realizarse al contado, con fecha tope de 30 días desde la emisión de la factura. El cliente podrá optar por el pago a 90 días con un recargo del 8% anual.”
Factura con rigor. Fija la fecha de emisión y los días de pago. Emite las facturas en fecha y vigila su cobro dentro de las fechas pactadas.
Four_Trabajo en misión parcial
En un restaurante cuando se sacan medias raciones, lo habitual es que se carguen con un 20% de suplemento. Hasta el básico no recomiendo que se cargue un suplemento, pero si debe tenerse en cuenta para un proyecto básico y de ejecución, si no se hace la D.O.
Five_Interrupción del proceso
Para el caso de que se rescinda el contrato o simplemente no se acometa la siguiente fase -ocurre ahora mismo con muchas obras que no se inician- recomiendo tenerlo en cuenta y fijar un plazo tras el cuál sino se inicia la obra se genera un suplemento.
Six_Aseguramiento del cobro
En lo tiempos que corren este es un aspecto crucial y difícil. Pedir avales sería lo apropiado -asumiendo incluso el gasto derivado, que no es tan alto-, pero entiendo que esto es muy complicado para un arquitecto hoy en día. En otros sectores solicitar garantías es habitual, véase crédito y caución. No se debe renunciar a la firma solidaria cuando hablemos de personas jurídicas y firmas “en representación de”-. Por supuesto este aseguramiento -existen instrumentos- se vuelve crucial cuando hablamos del mercado internacional.
Seven_Repercusiones en los proveedores
Lo que negociemos en nuestros contratos debe repercutirse en nuestros proveedores. Me refiero a los grandes -estructuras, presupuestos, etc-.
Eight_Cobra todos los trabajos que realices
Cuando nos contratan para proyectar un edificio no compran nuestra alma, sólo un proyecto. Una vez terminado ese proyecto si hay reformados deben de generarse honorarios y eso hay que reflejarlo desde el principio. Soy partidario incluso de pactar el número de visitas de obra y fijar un precio para las que superen la cifra pactada. Es la mejor manera de evitar tentaciones a los clientes más, vamos a llamarlo exigentes.
Aplica estas ideas con inteligencia y adáptalas a cada caso particular, porque como decía un amigo mío “ante la rigidez de la norma está la flexibilidad de la vida”. Ideas, todas ellas -y algunas más- los arquitectos sensatos lo fijan en el contrato de arrendamiento de servicios profesionales, documento sin el cuál no se debe ni empezar a trabajar. Y ahora os dejo a vosotros que completéis con vosotros comentarios estos dos & dont´s.