autor | José Javier Quintana
Intento mantener mi buena costumbre de estar atento a lo que ocurre en todos los sectores de la economía y en la evolución de los acontecimientos que están ocurriendo en el mundo. La Revolución Digital que se gestó en la última parte del Siglo XX está tomando velocidad y está empezando a cambiar el mundo de una manera muy sustancial y definitiva. Afecta a toda las actividades del hombre y como ya llevo diciendo desde hace algunos años nos va a conducir a una nueva ERA. La pregunta que debemos plantearnos es cómo afecta todo esto a los arquitectos.
La regla de las tres Íes sobre qué debe hacer un arquitecto: INNOVACION INNOVACION INNOVACION - .
Los arquitectos somos muy pero que muy innovadores pero, salvo honrosas excepciones, nos hemos dedicados siempre a innovar en las tres F, Forma, Forma y sobretodo Forma para poder asombrar al mundo con lo bonito que nos ha quedado el edificio y conseguir pasmar al resto de la profesión.
Ahora más que nunca con la globalización de las comunicaciones nos damos cuenta de lo efímero de la forma, de lo difícil que es destacar entre la maraña de edificios de todo pelaje y condición. El avance de la técnica ha permitido al arquitecto formalizar con menos ataduras que nunca en la historia. Pero para hablar sobre estas cuestiones ya están las Cátedras de Estética. Me centraré en mi discurso.
Desde hace mucho, desde el libro hasta el blog pasando por mis cursos, insisto en la vital importancia de la innovación como concepto crucial que nos permite diferenciación y adaptación al mercado - . Compruebo con gran pena que son otros los sectores que están innovando mientras nosotros ahí estamos, a lo nuestro, a la Forma.
Hace bien poco publiqué en 99 ideas el F2TE3 de Luis Alberto Pastor quien decía e Teknautas “Dos mil años después, seguimos utilizando los mismos materiales, a excepción del acero. Sectores como el transporte han evolucionado mucho: hoy no vemos a coches tirados por caballos. Pero en el caso de la arquitectura, incluso los romanos lo hacían mejor”
Ahora bien, me da la sensación de que somos nosotros los arquitectos españoles los que no estamos en lo que deberíamos - .
Innovar, es sólo eso, hacer algo de una manera diferente - , evidentemente de una manera que sea mejor en algo a la hora de entregar valor a quien vaya a disfrutar, utilizar o vivir ese algo.
Parece muy genérico y eso es lo bueno precisamente, hay una infinidad de maneras de innovar. Para ser creativo o innovador hay que serlo en la forma de pensar, no se es creativo de 10 a 11 y el resto del día uno se dedica a hacer lo de siempre.
Hacer lo de siempre, estar protegido en la zona de confort, no querer que cambien las cosas y en definitiva, estar esperando a que vuelva esa profesión del siglo XX que desapareció para siempre, es la manera más segura para pasar al reverso tenebroso de la fuerza.