bsA [ Rethinking Architecture ]

Autor | José Javier Quintana

Oigo mayoritariamente voces de muchos arquitectos que dicen que el visado no sirve para nada y que es mejor eliminarlo. No me considero en posesión de la verdad pero si que quiero exponer mi punto de vista. Creo que el visado es necesario y voy a exponer por qué.

Empezaré recordando que en el artículo Ministerio de Economía ¿Hablamos de verdad de competitividad y arquitectura? escribí: “sobre la necesidad del visado hablaré en otro post”. Lo prometido es deuda. Hecho este recordatorio vayamos al turrón.

El visado genera valor para los arquitectos en cuatro aspectos que considero muy importantes:

1. Supone una certificación de cualificación para realizar un trabajo: Estoy capacitado. “Este señor/a es arquitecto y está facultado para…”. Hay una segunda derivada, mi cualificación me la reconocen mis propios compañeros, quien certifica es un compañero mío, otro arquitecto y esto es muy diferente de que fuera una administración quien lo realizara por supuesto mirando sus propios intereses y nunca los míos. (y quien sabe si los de la sociedad)
2. El hecho de que para estar capacitado hay que ser arquitecto supone una garantía para evitar el intrusismo profesional.
3. Establece unas mínimas reglas deontológicas, certifica que no soy incompatible. A quien esto que cuento le pueda parecer baladí que pregunte a arquitectos de 60-70 años qué pasaba cuando esto de las incompatibilidades no era como ahora.
4. Es una garantía de uniformidad en el contenido de un proyecto, que nos permite un lenguaje común para la compresión de los planos, memorias, presupuestos y pliegos. Para nuestros clientes, para el sector de la edificación y por lo tanto para la sociedad, supone una uniformidad que les evita problemas de interpretación y comprensión. El aseguramiento de la existencia estos contenidos es la responsabilidad que tienen los colegios al visar.

Estas cuestiones, en mi opinión, justifican la existencia del visado. En el caso de que dejara de ser obligatorio incluso considero que deberíamos seguir fomentándolo.

Al escribir esto, me viene a la cabeza una sala llena de personas donde empieza a haber alborto. No se me desmanden. Visado si, pero ojo, visado a un precio bajo: Low-cost visado.

El visado telemático ha cambiado la naturaleza del modelo organizacional de los colegios, debido a que a simplificado por completo el proceso y ha hecho que el personal que lo gestionaba –hablo de recepcionar los proyectos, acarrearlos hasta la zona del arquitecto de visado, revisados y sellados, desacarreados hasta la ventanilla de salida, colocados en bolsas y entregados- resulte redundante.

El visado telemático supone un proceso más sencillo que puede ser simplificado hasta sus últimas consecuencias. Si convergieran todos los visados en un solo modelo, se podría visar en la nube, quiero decir que arquitectos visadores homologados se harían cargo del trabajo telemáticamente. El coste del proceso es ridículamente barato, aunque se haga un segundo visado de control por otro compañero para asegurar la calidad. A más a más, el visado podría incluso autogestionarse, siendo el propio arquitecto quien de manera delega visa su propio proyecto y asume la responsabilidad colegial.

Cualquier cuestión que complique lo fundamental –quien firma es arquitecto y el contenido es el correcto- no es interesante. No nos aporta nada. No se cómo irá aquel proceso de modelo de chequeo único nacional que se comenzó a trabajar hace unos años. Se nos antoja de sentido común ese modelo unificado y simplificado de visado.

Entonces si el visado se simplifica, el colegio parece que se queda sin contenido aparente fuera de lo cultural ¿para qué hacen falta los colegios? ¿Cuál es la utilidad de los colegios, vamos a denominarlas organizaciones de arquitectos?

No conozco ningún colectivo sensato que no tenga una o varias fórmulas de asociacionismo. Los beneficios son tan evidentes que huelga comentarlos. Me vienen a la mente la asociación de belenistas, la de panaderos, banqueros, constructores, comerciantes, me vienen a la mente miles y miles de asociaciones. También es interesante observar cómo muchos colectivos generan sellos de calidad, como por ejemplo Ternera de Navarra, por cierto, magnífica y absolutamente recomendable.

Asociación y marca. ¿Cuándo aprenderemos a jugar con estos conceptos los arquitectos?

La supervivencia de los antiguos colegios pasa por la REDEFINICION de sus OBJETIVOS para poner el foco en resolver las necesidades de TODO el colectivo de los arquitectos.

¿Qué recursos son necesarios? ¿Qué actividades tienen que desarrollar los colegios? ¿qué modelos de organización son los adecuados? ¿como se financia? ¿cuál es la repercusión en coste para el colegiado?…

A esta preguntas contestaremos en otro post…

continuará

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