bsA [ Rethinking Architecture ]

Ante la crisis los arquitectos españoles precisan reinventarse.
El cambio en el modo de entender la profesión de arquitecto es un hecho global. Ya el RIBA anunciaba en su informe “The Future for Architects?” que en 10 años la práctica profesional será algo completamente diferente. Estamos en un momento donde las previsiones de crecimiento mundial hasta el 2.020 sitúan el foco de la actividad en los mercados emergentes en un 128% mientras decrece la demanda de nuestros servicios a nivel global. En el mismo informe se denunciaba la necesidad de “empresarializarnos” movidos por la separación entre lo que los arquitectos queremos hacer y lo que la realidad del mercado demanda.

Autor | Germán Cintas Araújo

El informe salió a la luz hace un par de años y merece la pena, ya que de una forma resumida da cuenta de hechos que ahora mismo en España se están dando de forma acelerada debido a la crisis: quién permanecerá en activo por encontrarse en condiciones estables, dónde se ubican las oportunidades para la práctica profesional, cuáles son las tendencias de la industria o qué segmentos de la industria se encuentran bajo colapso son apartados a cual más interesante de este documento. En todo cuanto menciona el RIBA podemos reconocernos el colectivo español de arquitectos, y forma parte del ideario que mantenemos en bsA. Más allá de ese informe podemos imaginar que la situación de un recién titulado en la mayoría de los países del primer mundo es similar a la de un titulado español; un mercado copado por las empresas existentes donde el futuro pasa por reinventarse o trabajar para terceros.
En definitiva, podemos decir que la arquitectura es un sector de servicios que se ha globalizado y alcanzado la madurez.
Ahora bien, las circunstancias en España son cuanto menos peculiares. Nos encontramos en un país cuyo panorama arquitectónico alcanzaba hace unos años un reconocimiento de excelencia a nivel internacional (recordemos que el MOMA organizó la retrospectiva On-Site: New architecture in Spain). Inmersa en esta efervescencia constructiva y justo en un momento de apoteosis se produce el colapso de la economía nacional y el hundimiento repentino de la industria, con un retroceso de la actividad del 90% en solo 4 años.
Sumémosle a los problemas de mercado las reformas sectoriales llevadas a cabo por el gobierno para converger con Europa y que están arrasando con una profesión que hasta hace unos años ha tenido un comportamiento gremial amparada por los colegios profesionales, cuyo papel en este momento también está en entredicho. Creo que pueden ustedes imaginar el sufrimiento que supone a un colectivo con una cualificación excepcional carecer de herramientas con la que enfrentar el nuevo contexto y dar al traste con sus expectativas. La consecuencia inmediata ante la frustración ha sido la fuga de talento a otros países, principalmente Alemania.

Los que optamos por permanecer en el país no tenemos más remedio que evolucionar o dedicarnos a otras tareas. O lo que es lo mismo, se ha hecho necesaria la innovación en el mismo corazón de la profesión, en la ética y en la forma de entenderla por parte de los profesionales. Debido a nuestra particular desgracia y a la conmoción nos encontramos con que la realidad particular de los profesionales en este país está acelerando la experimentación y la elaboración de nuevas prácticas y salidas profesionales, dando unas respuestas que van incluso más allá de las contempladas por el RIBA en su informe.
Por eso creo que en este momento España es un laboratorio para la innovación en la profesión de arquitecto, donde se están experimentando de forma acelerada (por la urgente necesidad) nuevas fórmulas que antes o después tendrán una réplica global, y es una pena que el sufrimiento no nos permita discernir esta realidad como una oportunidad.

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