La importancia de tomar buenas decisiones para un arquitecto.
En tiempos de bonanza económica para un arquitecto casi todo vale. Tal es el número de oportunidades a nuestro alcance y el margen operativo que manejamos, que llegamos a pensar que todo es muy fácil y que todo va a salir bien siempre. Nos sentimos invulnerables. Suele ocurrir que en esos momentos de bonanza tomamos las decisiones con cierta ligereza y para nuestra desgracia ocurre que tras la bonanza, siempre viene la crisis que se encargará de desnudarnos y dejar a la vista todas nuestras debilidades, muchas de ellas, casi todas, originadas en las malas decisiones que tomamos.
En tiempos de crisis, nos vemos obligados a tomar decisiones porque la situación nos obliga a ello. Nos suele ocurrir que el miedo coyuntural nos paraliza y nos impide tomar las decisiones que debemos tomar. Lo estamos viendo venir y no hacemos nada, -sirva el ejemplo de la vaca mirando al tren- cuando en muchos casos el camino es meridianamente claro, pero algo nos atenaza y nos impide decidir, es decir, tomar un riesgo, elegir una opción.
Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. No seré yo, ya que como todos, también he cubierto mi cuota de malas decisiones. Errar es humano, es lógico y hasta es sano, porque indica que se ha tomado una decisión, un riesgo. Lo que debería preocuparnos no es la equivocación, sino aprender de los errores cometidos. Lo que debería preocuparnos es saber identificar qué es importante para nuestro desempeño, cuáles son las claves de nuestra práctica profesional, de nuestra estrategia competitiva. Por eso es trascendental comprender cuáles son las decisiones importantes que debemos tomar.
Se suelen denominar decisiones estratégicas y lo son porque condicionan la estrategia empresarial presente y futura. Pero ¿de qué estamos hablando? Hablamos de:
- Cómo afrontar la práctica profesional: especialización, expertizaje, apuesta por una carrera de arquitectura de autor. Ser experto y/o especialista en algo suele requerir tiempo, mucho tiempo. Y hay que apuntar bien a la hora de elegir el objetivo. La pregunta que debemos hacernos siempre es: ¿por qué me van a contratar?
- Selección del ámbito en el que trabajaremos: local, regional, nacional e internacional. Uno o varios de ellos, no son excluyentes.
- Diversificación comercial. Y no sólo me refiero a la mera diversificación empresarial, quiero incluir también todo aquello que contribuye a reducir el riesgo de tener todos los huevos “comerciales” en la misma cesta. Lo ideal es manejar distintos modelos de negocio.
- Elegir los compañeros de viaje: internos (equipo) y externos (aliados). A los arquitectos nos suele ocurrir que vamos arrastrando compañeros de viaje desde la carrera y a confundir la amistad con la necesidad de talento. Tenemos una moto y tenemos que hacerla navegar, en lugar de vender la moto y navegar con un barco, que es lo adecuado.
- Modelo de organización: qué hacemos nosotros y qué subcontratamos, cómo nos relacionamos, cómo generamos y gestionamos nuestra cultura corporativa.
- Apalancamiento. La eterna duda: si no me endeudo, no tengo pasta para crecer y si me endeudo demasiado tengo la duda de si podré pagarlo. Endeudate con criterio, teniendo en cuenta que durante un periodo largo de años es fácil, por no decir que seguro, que habrá de todo, tiempos de bonanza y tiempos de crisis. No quiero decir que no te apalanques, ya que el apalancamiento es junto a la rotación y al margen una de las tres claves fundamentales del beneficio de un negocio. A más apalancamiento, mayor beneficio si las ventas son proporcionales. Pero ojo con la cantidad y el plazo no vaya a ser que tu mismo te tiendas una trampa de la que no podrás salir.
- Dotarnos de medios para poder realizar labores secundarias. Si nunca dedicamos recursos a las labores de estrategia y marketing, lo más fácil es que se note y mucho con el paso del tiempo. Tomar esta decisión puede obligar a la generación de alianzas para ganar el volumen de facturación necesario para que el peso del gasto de estrategia y marketing sea proporcionado.
Seguro que son todas las que están pero seguro que hay otras que me dejo en el tintero.
¿Me ayudas a completar la lista?
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