* Por Alberto Alegret Burgués.
Continuación de “¿Arquitectos Generalistas o Especialistas? He ahí el dilema.”
Para delimitar las capacidades o especialidades en conocimientos propios del Arquitecto y de las y los arquitectos, analizamos el estudio realizado por la ANECA[1] para la adecuación del título de arquitecto a las propuestas de Bolonia[2], denominado “Libro Blanco del título de grado en Arquitectura”. En este riguroso y sistemático estudio se proponen y valoran un total de 33 competencias genéricas impartidas por el actual título y valoradas por los colegios profesionales. (…). Para ello se ha procedido a disgregar el conjunto actual de habilidades y saberes asociados al título de acuerdo con otra encuesta aplicada al universo estadístico formado por las y los arquitectos colegiados, la cual ha permitido detectar cinco perfiles de actividad[3], que son los que de manera efectiva y fehacientemente constatada están ejerciendo las y los arquitectos españoles de hoy” (por el año 2005): Edificación, Urbanismo, Acción Inmobiliaria, Especialización Técnica, Dibujo y Diseño. Cada una de ellas comparte muchos conocimientos. Alguno de estos perfiles se define por unos conocimientos algo más especializados, como construcción, estructuras, instalaciones, dibujo, proyectos, urbanismo. Sin embargo el estudio no plantea la especialidad por conocimiento, sino por ámbito de trabajo: se orienta al hacer, no al saber.
Biblioteca de Yale
¿Deben las competencias o capacidades técnicas fusionarse y ponerse al servicio de lo que llamamos competencias profesionales -la cuales no debemos confundir con las competencias legales-? ¿O por el contrario deben seguir como especialidades del saber?
Recordando que el sujeto de la cadena de valor es el edificio y no el agente del proceso, hemos dejado fuera algunas actividades, como la docencia, cuyo sujeto de valor es el propio arquitecto.
Podemos observar cómo la mayoría de capacidades técnicas se concentran en los eslabones de I+D, Producción, y Postventa. Posiblemente, como veremos después en el ensayo que presentamos, también el % de empleabilidad lo acreditará. No obstante, no podemos dejar de advertir que en el resto de eslabones menos competitivos –materia prima y ventas- también es una fuente de oportunidades para las y los arquitectos.
[1] HERNÁNDEZ LEÓN, Juan Miguel, coordinador (2005) “Libro Blanco del título de grado en Arquitectura” Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y acreditación. Madrid
[2] El Plan Bolonia es la convergencia de los estudios de educación superior (Grado y Postgrado) impartidos en cualquier Estado de la Unión Europea .
[3] el término perfil de actividad puede asimilarse al término especialidad
3 comentarios
Alberto, lo he leído un par de veces y me resulta muy complejo entender el concepto “cadena de valor del edificio” y por tanto la tabla que propones. ¿Puedes desarrollarlo un poco, para que pueda comprenderlo? Gracias.
Interesante análisis Alberto. Sólo un comentario, como investigadora del reciclaje urbano, considero un error que no se considere la I+D asociada a la “intervención en el patrimonio edificado”o su “protección”. Cordialmente, Eva Chacón echacon@ugr.es
Hola Eva, realmente entiendo que lo heches de menos. de hecho, en cada una de las especialidades en las que podemos trabajar existe el I+D. Cada trabajo, por humilde que parezca, tiene ese componente. Siempre recuerdo “la fregona” de Jalón.
Lo cierto es que el cuadro pretendía resaltar en cual de los eslabones se encontraba la especialidad, no si la especialidad carece de los valores del resto de los escalores.