Foto del blog “no se le puede llamar cocina”. Las mejores anchoas según muchos entendidos
Os debía, desde hace días, una conversación, un parlamento que le diera continuidad a la historia de nuestros salatori.
Imagino que, antes de liarse a hacer las maletas, tuvieron múltiples reuniones en sus Cofradías de Pescadores.
Primero, lamentándose de lo mal que estaba el trabajo, después diciéndose entre ellos que “Algo habrá que hacer. No nos vamos a quedar sin trabajar”
Mas tarde tomando la decisión “Si el trabajo no viene, habrá que ir a buscarlo donde esté” Y, por último, organizando, en conjunto, la singladura.
Para verificar que la organización debió ser, mas o menos, así, entrar en “La memoria italiana de la anchoa en conserva” en Google. Hasta yo me he quedado sorprendido de las analogías.
Y de una muy importante a señalar: Las Cofradías de Pescadores Españolas son “Corporaciones de Derecho Público al igual y con la misma estructura legal que los Colegios de Arquitectos”
No estaba equivocada Paloma Sobrini, a la que desde aquí le agradezco su trabajo y el ánimo que trasmite, cuando movía al Colegio de Madrid a la busca de nuevos caladeros.
Alguien habrá estudiado la existencia de caladeros en el sur de África que acaban aterrizando merluzas de lomo plateado en Foronda. Lo he visto con mis propios ojos y con exactitud.
Se cambiaba tecnología y material de pesca por poder usar sus caladeros. También lo conozco con precisión.
Por tanto, al igual que los ”salatori”, habrá que organizarse entorno a un grupo, definir funciones y cometidos para abarcar el trabajo de todo El Consorcio, buscar los caladeros más accesibles y más adecuados, fijar el puerto de destino con la idea de que aunque el puerto de destino sea uno, los puertos de salida pueden ser varios, lo que obligará a estudiar y trazar varios rumbos diferentes, establecerlos, etc…
En este mismo blog, Joseja Quintana os esta ofreciendo ese servicio de intendencia y organización.
El que sienta el deseo o la necesidad puede hablar con él y ver como organizar su caso particular.
Habrá quien de esto piense que esta propuesta se llamaría, sin disimulos. Emigrar.
Yo no lo voy a disimular. En efecto, es ir a buscar trabajo fuera de tu lugar habitual. Y podría llamarse emigrar. Pero si no somos amigos de caer en nuestra propia pena, de buscar la lástima en vez de las soluciones, editaríamos obligados a adjetivar adecuadamente eso del emigrar, porque si eso de nuestro emigrar es ir al sur de Francia, por Niza, arropado por un Consorcio Tecnológico, que los viernes estoy en casa, que voy cuatro o cinco días de cada quince, que hablo con mi casa todos los días, que me alojo en un hotel decentito, etc…, no es aquello de la Estación de Irún con maletas de cartón sujetas por un cinturón.
Trabajemos pero no exageremos.
Y no todos debemos pensar: La única solución es moverme. Moverte, si. Siempre. Pero no viajar.
Por ejemplo, la mía es pensar. Que no es poco.
El próximo miércoles, 15 de febrero, comeré en Madrid con Rafael Catalá, Secretario de Estado de Fomento. Le sacaré el tema para que se potencie desde el ICEX. A lo mejor tengo suerte y me hace caso.
Un fuerte abrazo a todos
Manuel Sagastume
pd_ Para los muy sesudos os incluyo este enlace a “Los italianos y la industria del salazón” de Luis Javier Escudero Dominguez
Manuel Sagastume. Arquitecto con una larga, ancha y prestigiosa carrera profesional. Ex-presidente de la delegación del COVN en Navarra, ex-decano del COAVN y ex miembro del CSCAE. Desde esta tribuna escribirá sus crónicas desde la libertad y la independencia.
Un Comentario
Gracias Manolo por tu generosidad a la hora de compartir tus conocimientos.
Necesitamos que sigas escribiendo y (entre otras cosas) que nos cuentes lo que te parece que escuchó D. Rafael.