Autor | Germán Cintas Araújo.
Ahora que ya hemos hablado de los que son modelos de negocio, ¿a qué actividades nos dedicamos? Todo proceso de la empresa requiere de una actividad. Entendemos actividad como el compromiso de parte del capital disponible de la empresa (humano, tangible o económico) en una tarea específica que obedece a su estrategia. Desde el punto de la vista de las actividades, una empresa se encuentra sumida en un enorme conjunto de ellas (pensemos en cuántas relaciones tenemos con proveedores, socios, clientes, etc…) De esta forma, la interdependencia es crucial. Si atendemos a lo intangible de las relaciones humanas y al riesgo que asumimos comprometiendo recursos, ¿qué garantías tenemos de que no se romperá la cadena de actividad de forma que nos perjudique? Solo dos: lealtad y confianza. Todas las relaciones establecidas por las empresas en su proceso de crecimiento se basan en el aprendizaje y la construcción de confianza y compromiso. Y de esta manera llegamos al enfoque de red: nuestro negocio es un nodo que interactúa con otros formando redes relacionales de actividad y que se acentúa cuanto más confiable somos a los ojos de todos aquellos agentes que participan de nuestra actividad.
De esta manera la propia actividad profesional del arquitecto, a la que aplicaremos todos los elementos que aquí estamos observando, requiere de la inserción en redes locales para incrementar el ámbito de actuación porque existen numerosos parámetros en la prestación del servicio que requieren del conocimiento del lugar e incluso presencia física in-situ sobre el espacio en el que se va a desarrollar.
Hasta hace relativamente poco, el problema del crecimiento internacional (y podemos aplicarlo en general a todo crecimiento empresarial) venía definido por la diferencia cultural ante el nuevo ámbito de actuación[1]. Hoy día, una empresa aprende gracias a una extensa vía de relaciones con los diversos agentes que participan de la actividad, de forma más o menos directa, y así construye la confianza y compromiso que le permiten acceder al punto de la red que necesita.
En un contexto actual donde se dan procesos en red, las relaciones tienen impacto tanto en la selección de los mercados extranjeros como en el modo de entrada (…) Una compañía que no tiene una posición relevante en una red de trabajo está “fuera de red”. Si una compañía intenta entrar en un mercado extranjero donde no tiene una posición relevante, sufrirá las desventajas de “estar fuera de red” y de ser extranjera, y ese carácter foráneo probablemente complicará el proceso de “estar en red”. El hecho de estar “fuera de red” hace imposible el desarrollo de un negocio.[2]
[1] De ahí procede el término “distancia psíquica”, que para que nos entendamos es ese fenómeno por el cual nos parecen más cercanos los argentinos que los belgas, aunque la distancia física sea menor con estos últimos. JOHANSON J., VAHLNE J.E. (1977). “Internationalization process or firm – model of knowledge development and increasing foreign market commitments”, Journal of International Business Studies
[2] JOHANSON J., VAHLNE J.E. (2009). “The Uppsala Internationalization process model revisited: from liability of foreignness to liability of the outsidership”, Journal of International Business Studies
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Germán Cintas Araújo. Arquitecto Superior por la ETSA de Sevilla. Máster en Dirección Estratégica y Negocios Internacionales. Universidad de Sevilla.
Dirección Zona Sur en bsA [Rethinking Architecture]
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[...] ¿Son importantes las redes de relaciones?, donde extrapolamos a la arquitectura el concepto de red relacional, concepto en el que se basa todo el crecimiento internacional de las empresas. [...]