Comentario de A.E.Alfaro “Creo que lo que me preocupa más, es la condicion actual del arquitecto, simples trabajadores para gran empresarios, haciendo arquitectura de muy baja calidad para ganar dinero. Tenemos todos que cambiar esta situacion, volverse al ideal emprendedor de la arquitectura moderna. Nosotros tenemos que ser el empresario e hacer la real urbanizacion de las calles del mundo.”
Ser emprendedor es descubrir oportunidades y transformarlas en negocios. Los negocios compiten entre si, peleando por el favor del cliente, por ser el objeto de su elección.
Emprender no lo garantiza. El mero hecho de abrir un negocio no garantiza el éxito. Ni siquiera tener un primer éxito durante unos años, garantiza el éxito futuro. La clave está en ser y seguir siendo el elegido y para ello tiene que seguir siendo válida la razón por la que esto era así. Y si deja de serlo o va a dejar de serlo, que lo sea alguna otra. Renovarse o morir.
Las razones que llevan a emprender son otra cuestión a destacar. Las motivaciones, me encanta reflexionar sobre ellas, son fundamentales. Si piensas en emprender sólo porque te has quedado sin trabajo y algo hay que hacer, tienes que tener en cuenta que emprender no es generar un autoempleo. O generas más dinero que tu propio sueldo, o la ruina es segura. Otro aspecto importante es que tu negocio debe funcionar sin subvenciones, debe ser viable en sí mismo. Si emprendes sólo porque no soportas a ese arquitecto que tengo como jefe, para ser tu propio jefe y tener libertad de horario o para coger las vacaciones cuando quieras, si sólo es por eso, no lo hagas forastero. Tus probabilidades de éxito no llegan al 5%, con suerte. Emprender es duro por naturaleza, no es un desahogo. Si todo te va mal, todos se olvidarán de tí. Si tienes éxito, deberás muchos favores nunca hechos. No son lo mismo las motivaciones que los desencadenantes. Basta un ejemplo. Una cosa es que no soportes a tu jefe y otra distinta que tengas que emprender por ello, porque puedes irte a trabajar a otro lugar. Y también hay que tener en cuenta algún viejo dicho como “necesidad obliga” o “el hambre despierta el ingenio”, porque podemos descubrir a ese emprendedor que llevábamos dentro sin saberlo.
Pero entonces JJ, si tan negro lo pones, ¿Por qué emprender? ¿Por qué emprender ahora?. Porque hay muchas razones. Para el verdadero emprendedor el momento siempre es bueno o excelente. Os dejo un vídeo del profesor Pedro Nueno del IESE, que puede aportaros positividad y esperanza sobre el mundo hacia el que vamos.
Emprender supone convertirte en empresario y emprender supone tener una verdadera motivación.
Si tu motivación proviene de esas “tripas” que te obligan a hacer arquitectura o algo que tiene que ver con la arquitectura, con la convicción de que debe hacerse así y no de otra manera, entonces emprende. Si tu motivación se debe a ese deseo de cambiar, convertir, perfeccionar, realizar, desarrollar, mejorar, aplicar…y tiene que ver con tu forma de ver la vida o de entender la arquitectura, entonces no pienses si debes, hazlo…estás tardando.
¿Hay que valer para ser emprendedor? Sin duda, no todo el mundo puede serlo, menos aún si la competencia es fuerte y mucho menos si hablamos de competir en los mercados de primera, que son enormemente selectivos.
No tengo claro si muchos de nosotros valoramos que hay un alto porcentaje de los que decidieron emprender y fallaron. Hay que saber con claridad que para transformar esa buena idea, esa oportunidad que hemos descubierto, en un negocio hacen falta conocimientos, algunos de los cuales como por ejemplo los empresariales no los tenemos por formación los arquitectos y son necesarios esfuerzo, suerte, fe, apoyos y mucho mucho trabajo. Sin todo ello, es muy complicado cumplir con la definición de emprender con la que hemos comenzado.
En la situación actual de la profesión en España, es muy fácil decir que hay que emprender porque es necesario, pero hay que tener mucho cuidado a la hora de acometer nuevos proyectos y hacerlo con la profesionalidad necesaria y desde un perfil adecuado. No, no todo el mundo vale para emprender. No se puede mandar a tus tropas a una muerte segura, enviando a los arquitectos a explorar mercado internacionales o a generar empresas que “molan” pero que son de rentabilidad dudosa.
Tengo que confesar que cuando oigo ciertas cosas me pongo especialmente nervioso. Por ejemplo aquello de que como no hay trabajo en España, vayamos afuera donde sí lo hay. Brasil, Rusia, India, China,(BRIC) o algunos países de Africa son algunos de los destinos que más se escuchan. Sí, son buenos lugares de destino, son economías que están creciendo o países que están construyendo porque las necesidades que tienen son acuciantes, pero también son sitios llenos de buenos competidores, que en muchos casos, llevan tiempo allí y son lugares que tienen sus riesgos. Y nosotros no nos caracterizamos por ser excelentes competidores. La triste realidad de la arquitectura en España es que se ha competido por precio, no desde el bajo coste sino como lo hacen los que no saben competir, reduciendo margen o incluso trabajando en perdidas. El resultado es un mercado destrozado. No es culpa nuestra, no nos enseñaron, pero es así.
Hay una parte buena y es que somos un melón por abrir y porque no, el melón puede salir bueno. A emprender se aprende emprendiendo, dándote tortas y levantándote, trabajando todos los días como un arquitecto recién licenciado la noche de la entrega de su primer concurso, emprender no es un camino de rosas, pero es un camino bonito. Puedo deciros, que bsA es el cuarto proyecto que emprendo, que me temo que no será el último y que se disfruta mucho haciendo el camino, peleando por tu proyecto, viéndolo crecer, con días buenos llenos de buenas noticias y con días malos donde te enfrentas a tus carencias o a las de los demás. Puedo deciros que este proyecto lo emprendo con mucha más preparación que los anteriores, pero también sin parte de aquel bendito desconocimiento que me hacía tan osado y tan original a la hora de plantear soluciones. ¡ Quién pudiera mantener esa originalidad !
En estos tiempos que corren hay que mirar la botella medio llena y tengo que decir que emprender en tiempos de crisis tiene sus ventajas. La primera y fundamental es que hay una mayor receptividad a nuevas ideas o nuevos planteamientos, tampoco es baladí el hecho de que encontrarás mejor personal y en general, todo en lo que tienes que gastar está más barato.
El ideal emprendedor de la arquitectura moderna, nos decía AE en su comentario. Quizás haya sido ese el problema, que nos hayan domesticado con el envenenado regalo de un mercado regulado, cuyas consecuencias como por ejemplo la formación, arrastramos todavía. Lo peor es que nos ha llevado a la perdida de nuestros propios ideales. Esos ideales que son los que te empujan, que te hacen fuerte y persuasivo, que te transforman en un ciclón capaz de luchar por sus ideas. Esos ideales y/o valores, que forman parte de la cultura corporativa, que nos pueden convertir en buenos emprendedores y temibles competidores, arquitectos con un convencimiento pleno en nuestras propuestas, que transmiten energía, valor y positividad. En definitiva, arquitectos con grandes posibilidades de afrontar el futuro con Exito.
Termino con un buen enlace a la sección de emprendedores de cotizalia. “Consejos de emprendedores ‘influyentes’ para que el 2011 sea el año del gran salto”. Algunos de estos consejos son excelentes. Personalmente me quedo con el último punto: lánzate. Y si quieres, cuenta con el servicio de bsA [Rethinking Architecture] de apoyo a arquitectos emprendedores.
2 comentarios
Emprender supone esfuerzo. Estamos acostumbrados a buscar la vía fácil. La mayoría de los jóvenes universitarios ansían el funcionariado. El emprendimiento, supone incertidumbre, el éxito pero también el fracaso. Lo separa una delgada línea. Una mala decisión. No es ser derrotista, pero esta es una sociedad poco acostumbrada a emprender. Y siempre, ayudada esta condición por la inútil burocracia administrativa, y los impuestos socavantes. Un saludo.
Totalmente de acuerdo. Cultura del esfuerzo.
Nos toca pelear a tope. Ya está bien de quejarnos. La generación de mis padres, nació en la guerra o justo después, pasaron todo tipo de sufrimientos.
Eso si que es una crisis.
Emprender supone riesgo como bien dices, pero podemos prever, valorar los posibles riesgos y plantear acciones para posibles contingencias.
Para eso esta la planificación.
Hay una cuestión que tengo clara. El emprendedor disfruta por el mero hecho de emprender. ¿ No os parece?
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