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El arquitecto ¿Necesita formación en dirección de empresas?

Rosa Maria Galimany :” claramente no sé si necesito de formación empresarial, aunque sé que sois unos cuantos los arquitectos que habéis asistido a másteres en dirección de empresas. Nunca he sentido esa necesidad y quizás esté equivocada. Todavía soy de ese tipo de personas que creen en la arquitectura como una expresión del arte y quizás tendría que abrir mi mente… ¿qué opinas?

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Debería tener unos quince años cuando empecé a leer literatura sobre ciencia-ficción. Las fundaciones, yo robot, el hombre bicentanario y un largo etcétera. Fue el comienzo de una atracción fatal que me ha hecho tener que tragarme unos cuantos “ladrillos” peliculeros como fueron las secuelas de Matrix, que tuve que ver después de haber disfrutado mucho con la primera. En 1999 Matrix fue una sorpresa, cuando todo parecía inventado, con una idea original atractiva y unos efectos que han creado escuela. De estas secuelas recuerdo la famosa escena del arquitecto. La traigo por dos cuestiones. La idea del arquitecto como creador de un mundo que no deja de sobrecoger y la imagen física que le dan al personaje, tomada de la de esos grandes y prestigiosos arquitectos del siglo XX.

la profesión es muy homogénea, poco diferenciada, con pocos modelos de negocio claros para competir, donde la gran mayoría está en la “marginalidad empresarial”.

Dicho esto, haré un pequeño análisis de nuestra “Matrix” particular. Podemos describirla en la actualidad como una profesión es muy homogénea, poco diferenciada, con pocos modelos de negocio claros para competir, donde la gran mayoría está en la “marginalidad empresarial”. Trabajan más quienes han sabido “meter mejor los codos” ya que a falta de planteamientos empresariales es lógico que se utilice cualquier herramienta para competir. Se trabaja porque se tienen contactos, porque se es familia de, porque se ha heredado el estudio de, por inercia, porque se sabe estar a la moda y se ganan concursos, porque se recurre a práctica pseudomafiosas (por ser correcto, en muchos casos hay que quitar el prefijo)

La realidad del mercado es muy distinta a lo que nos quiere hacer ver nuestra “Matrix” profesional. La percepción que tienen de nosotros nuestros clientes es mejorable. Te puedo decir que en las reuniones de promotores, pertenezco a la ACP y asisto como promotor no como arquitecto, cuando se oye hablar de los arquitectos, hay un doble sentimiento: es alguien que aporta una calidad al diseño de las viviendas, a quien es bueno dejar “algo” de libertad, sin excesos, pero también es un “elemento” peligroso cuando se le “va la pinza” por asuntos estéticos o cuando llega la hora de cumplir un presupuesto. Ellos nos reducen la actividad a un coto muy “cerradito”. Diseña si, pero poco y como yo te digo que para eso se lo que se vende y las cuentas ni las toques. Es la realidad que he palpado durante años. Tengo que decir también que muchos de los promotores piensan que el arquitecto debería ser un empleado más que debería estar dentro de sus empresas. Algunos van más lejos y piensan que la responsabilidad del arquitecto debería recaer en la empresa promotora de viviendas. Y supongo que cuando estoy delante se cortan un poco. Es muy preocupante que se nos perciba como un estorbo en lugar de ser un buen aliado o incluso un buen proveedor.

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Podría seguir analizando y analizando, pero creo que es suficiente con estas dos ideas y detendré aquí el análisis de la práctica profesional para centrarme en tu pregunta. Dada la situación actual de la profesión, a partir de ahora y cada vez más habrá que saber competir para poder trabajar y esto implica una gestión empresarial de la organización. A través de esa gestión podemos salir de la indiferenciación y ser percibidos por nuestros clientes como alguien a quien poder contratar. La gestión deberán desarrollarla profesionales cualificados. Aquí se abre un abanico de posibilidades que nos da una visión de conjunto. En cada caso se añade la FEN (formación empresarial necesaria). Tenemos los siguientes modelos:

  • Contratar a un Manager externo que permite dedicarse a proyectar y olvidarse del todo lo demás. FEN: ninguna. Tener fe.
  • Asociarse con otro profesional con conocimiento de administración de empresas. FEN: ninguna, tener fe y tener suerte.
  • Contratar un servicio externalizado que te obliga a participar en la dirección. FEN: Conceptos generales. Comprender la idea.
  • Una actividad más dentro de la empresa, que te obliga a tener personas con conocimientos en management. FEN: Ideas generales sobre dirección y empresa.
  • Ser tu mismo quien la desarrolla, que implica que proyectar lo hacen otros. FEN: dirección y administración de empresa. (a partir de ahora BA) Tipo medio.
  • Trabajar en empresas del sector, promotoras, constructoras, ingenieras, otras. FEN: Conceptos generales. Comprender la idea para poder estar integrado.
  • Trabajar en otras empresas, que implica olvidarse de la arquitectura. FEN: (BA) sin ello es complicado. No nos perciben como profesionales “contratables”.
  • Emprender y dirigir tu propia empresa. FEN: (BA) + mis oraciones + todo mi ánimo.

Por lo tanto el cómo te relaciones con el management de tu empresa, es una elección tuya, pero antes debes de hacer como Neo en Matrix y decidir si quieres seguir viviendo en el país de las maravillas que te dijeron que era la arquitectura o conocer la realidad y enfrentarte a ella.

“Es el mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad” Morfeo a Neo. Matrix.

y tú que eliges, ¿la píldora roja o la píldora azul?

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14 comentarios

  1. Enviado 27 Septiembre, 2010 de 11:16 | Permaenlace

    A la pregunta del título de esta tu última entrada te diré que sí, rotundamente sí. Nos aferramos a veces a dedicar toda nuestra vida a una única actividad, cuando podemos tomar una visión mucho más general del sector de la empresa gracias a un MBA. Cuando acabamos la carrera nos zambullimos rápidamente al ejercicio libre de nuestra profesión como autónomo sin ningún conocimiento sobre el funcionamiento de qué es una empresa.

    Un saludo

  2. Enviado 4 Octubre, 2010 de 2:54 | Permaenlace

    Muy interesante aporte. Dirigir una empresa no es una tarea sencilla, sin embargo es una función que puede ser aprendida mediante el desarrollo de la capacidad de liderazgo que permite brindar confianza a los dirigidos.

  3. JJ. Quintana
    Enviado 11 Octubre, 2010 de 18:50 | Permaenlace

    Gran verdad. Qué difícil es dirigir BIEN una empresa. Dura tarea que requiere una visión holística del conjunto de actividades que desarrolla una empresa, de una estrategia competitiva bien diseñada que sirva de guía y de una capacidad de trabajo importante para poder implementarla. Gracias por vuestro comentario.

  4. JJ. Quintana
    Enviado 11 Octubre, 2010 de 18:52 | Permaenlace

    Alex, los arquitectos nos zambullimos en el estrecho y poblado marco de la LOE para el desarrollo de la practica profesional, sin reparar en que hay otras derivas profesionales interesantes. Tal y como dices, un MBA ayuda a mejorar la visión sobre esas otras derivas, e incluso sobre la clásica. Gracias Alex, perdona por la tardanza en la respuesta.

  5. Ignacio Bernaola
    Enviado 19 Octubre, 2010 de 8:27 | Permaenlace

    Toda la razón del mundo. Pero lo tenemos difícil hasta para entrar en máster; el otro día rechazaron mi candidatura para un EMBA. Es verdad que piden más experiencia que la que tengo, pero si nadie me deja tener experiencia nunca la tendré.
    Seguiremos buscando porque algo hay que hacer.

  6. Enviado 19 Noviembre, 2010 de 10:02 | Permaenlace

    tomaré prestada una frase que oí una vez en una conferencia: tienes que decidir si quieres un “club” o una “empresa”. Si ya te está bien pagar una quota mensual para pasarlo en grande… puedes quedarte con un club. Si, por el contrario, no tienes otros medios de ganarte la vida… necesitas una empresa, con lo cual, tendrás que preaparte para dirigirla.

  7. Borja
    Enviado 17 Diciembre, 2010 de 17:48 | Permaenlace

    La arquitectura sido muy rentable en tiempos pasados, por lo que los arquitectos podían ser malos empresarios y el negocio funcionaba. Pero en los tiempos que corren, un mínimo de formación empresarial en las escuelas resulta imprescindible, de modo que los arquitectos podamos ser requerido por otras empresas para dirigirlas, de la misma manera que los ingenieros de las diferentes ramas.
    Además, un arquitecto ha sido tradicionalmente un empresario.
    Eso sí; un elegante empresario que no necesitaba rebajarse a manejar los dineros (el colegio gestionaba las tarifas y los cobros por él) cuando los clientes llamaban a su puerta regularmente, pero los tiempos han cambiado, y no todos pueden vivir hoy de la arquitectura, por lo que con la fuerte formación generalista que tenemos y la necesaria formación empresarial, podríamos ser requeridos en muchos sectores.
    Es lamentable ver cómo para dirigir las oficinas de proyectos solicitan ingenieros, ingenieros técnicos y arquitectos técnicos, rehuyendo de ese profesional del que se tiene la imagen de caprichoso creador de problemas…

  8. JJ. Quintana
    Enviado 17 Diciembre, 2010 de 18:10 | Permaenlace

    Davis,
    me gusta tu ejemplo del club y la empresa. Muy gráfico.
    Borja,
    Me encanta que compartas conmigo la vision de que con la debida re…formacion seriamos de gran utilidad en las empresas.
    Eso de “caprichoso generador de problemas” me parece certero. Con tu permiso lo citaré.

  9. Borja
    Enviado 30 Diciembre, 2010 de 9:27 | Permaenlace

    Es que creo que esa visión de los arquitectos es otro de los grandes problemas que tiene la profesión.
    Sobre todo, porque si los aspirantes a arquitectos esperan eso de la profesión, la profesión tenderá a ser eso cuando ejerzan, y entonces alguien podrá deducir que la manera de evitar los problemas es no contratando al que los crea.
    En cierto modo es otra derivada de la falta de visión empresarial, por no hablar de la labor que los colegios podrían hacer en este tema.

  10. JJ. Quintana
    Enviado 1 Enero, 2011 de 18:28 | Permaenlace

    “Borja, me quedo con esta frase.
    La manera de evitar problemas es no contratando a quien los crea. ”
    Cierto.
    Muchos arquitectos hemos tenido la falsa impresión de que eramos imprescindibles. En primer lugar porque nuestra obligatoriedad y en segunda por nuestro ego.
    Todavía hoy a los arquitectos nos cuesta colaborar con otros agentes intervinientes en el sector de la construcción, como por ejemplo los promotores.
    Seguimos viéndolos como ávidos depredadores de dinero fácil que pasan por encima de todo. No nos damos cuenta de que en el mundo actual, no podemos estar sólos, que el resto de intervinientes se ha profesionalizado y ha mejorado mucho sus prácticas empresariales. Tanto, que dejarán de contratar a quien les den problemas y contrataran a quienes les den soluciones.
    ¿En qué lado queremos estar?

  11. Borja
    Enviado 9 Enero, 2011 de 16:09 | Permaenlace

    Bueno, tampoco creo que se trate de estar de un lado u otro. En mi opinión, los problemas de la profesión van más allá de si el arquitecto responde eficazmente a las pretensiones puramente económicas del promotor a cada proyecto. Creo que el arquitecto tiene una responsabilidad social que va más allá de cada uno de los proyectos que le encargan (como por otra parte sucede en casi todas las profesiones ejercidas con rigor), y creo que la obligatoriedad no es negativa, de la misma manera que en otros ámbitos son obligatorios los ingenieros de caminos, los médicos o los notarios. Pero creo también se se debe dotar al arquitecto de habilidades que vayan también más allá de las necesarias para proyectar edificios o urbanismo. Y digo habilidades, porque considero que tiene al salir de las escuelas se tienen bastantes conocimientos, pero inconexos, de forma que no se sabe cuánto se sabe, ni para qué sirve lo que se sabe. Y volvemos de nuevo a la necesidad de formar arquitectos-empresarios.
    Un saludo.

  12. JJ. Quintana
    Enviado 9 Enero, 2011 de 18:51 | Permaenlace

    Borja, abres otro “melón” interesante.

    La responsabilidad social del arquitecto o la responsabilidad frente a los usuarios presentes y futuros de nuestros edificios. Usuarios que son los clientes de nuestros clientes. Usuarios que habitan nuestras viviendas y que están alquilados. Usuarios que utilizan nuestros hoteles. Etc, etc.

    …y sin entrar en el diseño urbano.

    Efectivamente tenemos una responsabilidad que debemos asumir con profesionalidad, sabiendo dónde está la raya de lo inasumible. Esto normalmente nos genera un problema con nuestro cliente. Gestionarlo, es una habilidad que se puede trabajar.
    No está reñido dar un buen servicio al cliente y que nuestros edificios cumplan su función social con suficiencia.

  13. Borja
    Enviado 11 Enero, 2011 de 16:04 | Permaenlace

    Me refería a todas esas responsabilidades.

    Por supuesto que no está reñido; suele ser lo habitual, puesto que los promotores tienden a repetir con los arquitectos a los que contratan.
    Surge un problema cuando el promotor entiende como buen servicio forzar la legalidad cuando no traspasarla directamente, y esto es algo a lo que algunos promotores también tienden. ;)

  14. Enviado 25 Febrero, 2019 de 10:57 | Permaenlace

    Muy buenos consejos, es importante tanto la formación técnica como la práctica para poder desarrollar el cargo adecuadamente.

Un Trackback

  1. Editada por última vez por TENDIENDO PUENTES ENTRE ARQUITECTURA Y SOCIEDAD « La Ciudad Viva el 6 Julio, 2011 a las 9:29

    [...] su vez, desde la publicación digital de arquitectura bsA, tampoco lo ven muy diferente; “cuando se oye hablar a los promotores de los arquitectos, hay un [...]

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