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Qué valoran las empresas privadas en un arquitecto

Conversación con Prudencio Martínez-Franco, vocal de la Asociación Española de Franquicias

¿Qué necesita una empresa de un arquitecto? ¿Qué valor tiene la arquitectura para un negocio determinado? ¿Es la originalidad del proyecto (el diseño) el único paradigma o existen otros valores donde el arquitecto puede especializarse para dar el servicio que se requiere? Nosotros promovemos el valor de la arquitectura  en la especialización en procesos internos que pueden ser extra disciplinares. Para poder evaluar qué valor añadido implica para un negocio el papel del arquitecto qué mejor campo de estudio que el de las franquicias, donde la arquitectura es algo presente en el proyecto inicial y en todo su desarrollo a lo largo del tiempo, participando del éxito o fracaso de la misma. La investigación que al respecto estoy llevando a cabo me conduce a Prudencio Martínez-Franco, vocal de la Asociación Española de Franquicias, con quien mantuve una entrevista de la que publicamos este extracto.

Author | Germán Cintas Araújo.


Don Prudencio nos recibe en su despacho con una amplia sonrisa y amabilidad y nos conduce a la sala de reuniones. No es frecuente que sea un arquitecto quien se acerque a consultarle y aún no alcanza a entender la intención de la entrevista. Pasamos un rato discutiendo sobre la crisis nacional y la manera en que ha afectado a todos los sectores. Aprovechando el clima distendido y el tema de conversación, le comento que mi intención es conocer qué valoran las empresas en un arquitecto, dependiendo del sector del negocio y el momento de su ciclo de vida.

G. ¿En qué momentos en la vida de una empresa es necesario el papel del arquitecto? Partiendo del concepto de franquicia como negocio de éxito que quiere ser replicado para su expansión geográfica, requerirá de un asesoramiento en imagen, la creación de planos para la repetición de sus instalaciones, etc…

P. Bueno, eso depende en gran parte de la persona que haya generado el negocio. Normalmente cuando alguien se decide a abrir una tienda suele dejarse llevar por la intuición a la hora de distribuir el espacio o crear su imagen, no se piensa en el arquitecto. En todo caso, y si su economía se lo permite, se deja asesorar por agentes como diseñadores, y no contrata el asesoramiento específico de un arquitecto para esto. Y a la hora de realizar sus manuales de know how, donde se “codifica” el espacio para su replicación, tampoco suelen requerir la intervención específica del arquitecto, más bien describen a groso modo cómo debe ser el espacio y se acompaña de fotografías del original.

G. ¿Y no cree que un arquitecto podría mejorar estos aspectos?

P. Sí, podría, pero si hasta no son necesarios porque el proceso funciona adecuadamente sin ellos, o porque alguna empresa de mercadotecnia especializada incluye estos servicios, ¿para qué incrementar los gastos con los honorarios de un arquitecto?

G. Bueno, quizá un arquitecto puede aportar mucho a la imagen de una empresa. Nosotros trabajamos somos dados a trabajar incansablemente para conseguir los mejores resultados, y hacer las cosas más cómodas.

P. Respecto a esa búsqueda de la perfección estética… bueno, parafraseando a alguien que ahora mismo no recuerdo le diré que ese tiempo es inútil. La perfección es una pérdida de tiempo. Yo soy abogado, trabajo para una firma francesa. Sé que mi francés no es el mejor, me gustaría ser bilingüe. Sin embargo, hasta el día de hoy, mis clientes se sienten satisfechos con mi trabajo, y me recomiendan. Mi francés es suficiente para mi trabajo, no tiene sentido ser bilingüe para ello. Te pongo otro ejemplo. Mira mi oficina, ¿crees que se puede mejorar? Sí, probablemente esta mesa podría ser de diseño o podría poner un Mondrián en la pared, pero ¿eso me aseguraría mayores ingresos?

G. Muchos compañeros míos se llevarían las manos a la cabeza con esa frase. Más que nada porque en las Escuelas la asignatura de proyectos sigue teniendo un peso específico muy fuerte, y ahí lo único que prima es la dedicación de horas a buscar la perfección. Si no está en el diseño, ¿para qué vale la arquitectura a un empresario?

P. La arquitectura vale en tanto que añada valor a la empresa. Si ayuda a vender más importa, si no no. Piense en franquicias como los supermercados DIA, que solo requieren una distribución lógica del espacio, que es algo que ya está muy bien estudiado. No ha sido necesario el papel del arquitecto en su conformación ni en su desarrollo. Además, como ya le he dicho, son las empresas de marketing las que suelen hacerse cargo de estas cosas, quienes de veras las tienen estudiadas. Le puedo decir que algunas de ellas, las más importantes, ya incluyen arquitectos en su plantilla. Principalmente porque facilitan la problemática entre las órdenes del franquiciador y lo llevado a cabo por un franquiciado a la hora de habilitar la apertura de un nuevo establecimiento. Ahí sí suele haber problemas.

G. Y ahí sí tendría cabida el papel del arquitecto.

P. Sí, aunque ya le digo que no conozco un caso en que lo haya hecho directamente. Realmente desconozco hasta dónde alcanzan las capacidades del arquitecto.

G. Entiendo que puede ser complejo para usted entender las relación entre el trabajo desarrollado por esas empresas de marketing y las facultades de un arquitecto. Pero lo que parece cierto es que en el desarrollo de una empresa, aunque solo sea para su apertura, un arquitecto es necesario.

P. Sí, o una ingeniería, aunque como te he dicho cualquier profesional en cuanto aporte valor. Es decir, el efecto de la arquitectura en una empresa debe ser cuantitativo, debe tener un reflejo en la cuenta de resultados, y eso se consigue por dos vías: incrementando las ventas o mediante un impacto preventivo.

G. ¿Y qué es un impacto preventivo?

P. Como impacto preventivo englobamos todas las acciones pro activas que evitan gastos imprevistos en determinado plazo de tiempo. Por ejemplo, firmar determinado seguro es un gasto que tiene un impacto preventivo y que todas las empresas asumen.

G. ¿Y dónde ve en este momento el impacto preventivo entre empresa y arquitectura?

P. En este momento un diseño que permita ahorro en costes es el diseño más acertado. En ese caso una arquitectura ecoeficiente que disminuya los gastos en las instalaciones tendría un impacto positivo, es valioso, por ejemplo, a la hora de llevar a cabo el cambio de imagen requerido por alguna empresa. Otro aspecto es el que ya le he comentado, en las obras necesarias para la apertura de nuevas sucursales. Intercediendo entre franquiciador y franquiciado en este caso el arquitecto sí tiene ese papel preventivo, puede llegar a evitar muchas molestias de última hora.

G. Luego puede haber espacio para el arquitecto…

P. En todo caso como ya le digo, son las empresas de marketing y las consultoras de franquicia las que ya abordan de forma profesionalizada estos temas. Ahora bien, como tú has dicho, habría que saber qué se demanda a los arquitectos en los diferentes sectores, y creo que son esas empresas las que pueden facilitarte esa información.

G. La crisis está haciendo que ahora los arquitectos empecemos a buscar nuevos espacios de actuación, por eso para mí es importante todo cuanto me está contando. ¿Qué relación encuentra usted entre arquitectura como profesión y franquicia?

P. Mira, puede que estéis a un paso previo de lo que está ocurriendo con las clínicas dentales. Hace unos años, un odontólogo al que le fuera bien las cosas y tuviera intención de ampliar su negocio tenía que enfrentarse a la declaración de impuestos, contabilidad, pago de nóminas, apertura de nueva clínica… Demasiadas tareas de gestión además de echar diariamente casi diez horas de trabajo profesional. Al profesional le gusta dedicarse a lo suyo, por eso la franquicia es una magnífica posibilidad de desarrollo. Hay todo un aparato de marketing directo, buzoneo, correos, campañas publicitarias… Ello además permite escalar el negocio. Si usted quiere comodidad a la hora de ir al dentista, ¿a quién conoce, a quién acude? Probablemente atienda a precio, servicio y cercanía, y eso le ofrecen las franquicias como VITALDENT. Y en cada clínica, los profesionales sólo tienen que dedicarse a lo suyo, la atención al paciente, el resto ya está montado. Es cierto que hasta ahora los dentistas han sido muy reticentes a este mecanismo de crecimiento, pero no les queda más remedio que entender que es el futuro.

G. Creo que nosotros los arquitectos aún estamos muy lejos de eso.

P. Yo cada día estoy más convencido de que es el modelo de crecimiento empresarial del futuro próximo. Ahora todo el mundo quiere emprender pero con garantías de éxito, y la franquicia es una opción, la mejor salida al autoempleo.

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