Autor |Alberto Alegret
Siguiendo los planteamientos de la literatura sobre gestión de carreras profesionales, el primer paso imprescindible de todo profesional es realizar un análisis estratégico acertado, con el objetivo de conocer qué profesional soy yo, qué hago bien, cómo y con quién lo hago, para quién lo hago, y si con ello me gano la vida al hacerlo mejor que los demás profesionales que buscan, como yo, solucionar las necesidades de los clientes. Son el tipo de preguntas a las que da respuesta una sola: ¿qué modelo de negocio tengo?
En tiempos convulsos como los actuales, es de agradecer que desde el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, se plantee que éste sea uno de los tres programas formativos con financiación “oficial” a través de Acció 10 que conforman el “Pla Impulsa” –los otros dos son aprender a comunicarse-vender y aprender a internacionalizarme-
Sirva la presente para introducir lo que bsA puede aportar a los arquitectos de Catalunya que realicen el programa.
Pero antes, ¿es tan importante la preguntita? Pues mi modelo de negocio, el de toda la vida, se explica fácilmente: yo soy arquitecto, de Barcelona, hago todo tipo de proyectos, para cualquier cliente que lo quiera; y aunque me discuta los honorarios, deberá pagar sí o sí los cálculos de estructura etc…. Eso sí, si me aprieta en los honorarios, cosa que sucede muy frecuentemente, mis costes deberán disminuir –trabajaré más rápido y por menor precio- salvo que para trabajar quiera poner dinero, que no.
Ahora la pregunta debería ser: en la actual situación de crisis, de cambio de modelo profesional –ley ómnibus, caída de los encargos, aumento de la competencia, honorarios a la baja – y de mis circunstancias personales ¿esta contestación es suficiente para competir y trabajar bien? Aclaro que trabajar bien debería significar algo como “hacer bien lo sé hacer”, “hacerlo de la forma mejor para que el cliente repita y me recomiende a sus conocidos”, “ganar dinero para vivir con dignidad” y, si puede ser, “ser publicado”. Está bien, de acuerdo, pero ¿cómo se hace? Para ello debemos tener una estrategia competitiva, es decir, que nos permita adaptarnos a los cambios de nuestro entorno, considerando que éste nos condiciona tanto como lo hace nuestro propio yo, siendo tan importante conocernos como entender el entorno[1],.
Siendo importante saber vender y saber comunicarse con los demás, tanto como conocer cómo podemos abordar nuevos mercados –los internacionales- nada de ello será útil ni eficaz si previamente no hemos abordado y determinado nuestro propio modelo de negocio, nuestro propio proyecto profesional. La diferencia de este programa de –cambio estratégico i modelo de negocio- sobre otros cursos sobre teoría estratégica es su componente teórico-práctico que permite un retorno claro y concreto de la inversión realizada para cursarlo. Al finalizar del programa, los participantes se llevarán las ideas claras de cómo se tiene que realizar su cambio estratégico tras haberlo trabajado de manera individual durante el programa.
Información complementaria
Vegeu la presentació de les noves accions del Pla Impulsa en l’àmbit empresarial
Carta de COAC a sus colegiados
[1] VINADER ZURBANO, Rafael (1986) “El marco estratégico de las decisiones Empresariales” cap.0.3, pág. 25, Editorial Instituto de Empresa. Madrid.Otras propuestas y reflexiones los hallamos en Porter (1985), Monedero (2002).
2 comentarios
Porque este programa, mas alla de las buenas intenciones que podía haber en otro tipo de iniciativas colegiales anteriores, puede ser de verdadera ayuda a una verdadera “reinvención” profesional, empresarial y personal.
A partir de lo que he ido conociendo de bsA y, especialmente, de mi conocimiento personal y profesional de Alberto, estoy convencido de que el CoAC ha hecho una excelente elección al confiarles la dirección de este programa.
Les deseo mucha suerte en la aventura y los animo a que, en la medida de lo posible, no los traicione el corazoncito de arquitecto que todos llevamos dentro y no tengan reparos a la hora de dar los puñetazos, dolorosos pero necesarios, que posiblemente hagan falta para sacar lo mejor de cada uno de los participantes.
Hace dos años tuve oportunidad de realizar un programa experimental, similar en algunos aspectos, organizado por ACC10 y el CAATEEB, orientado a la internacionalización de un grupo de empresas del sector de la construcción.
Eso me permite vislumbrar la complejidad del desafío, atendiendo a la particularidad de un colectivo que ha gozado de un ecosistema privilegiado a nivel mundial para el ejercicio de su profesión.
Tarde o temprano, quienes hemos desarrollado nuestra profesión bajo el paraguas del modelo único español necesitamos que nos partan la cara.
Y, aunque eso duela, sé que, al final, terminamos agradeciendo al que pudo ser capaz de hacerlo con la mayor celeridad y certeza.
Mucha suerte.
R.Julian
Gracias por tus siempre certeros comentarios.
Quiero decirte que es un lujo contar con la opinión de alguien que siempre utiliza el menos común de los sentidos: el sentido común.
Me resulta divertido esto de que necesitamos que nos partan la cara. Honestamente creo que ya nos la han partido. Puedo decirte que yo terminé hace 23 años la carrera y que “esa profesión” para la que yo estudié ha resultado devastada.
7 años estudiando y ahora en vez de un título tengo una etiqueta de anís el mono.
Que no es que me preocupe, hace muchos años que aprendí a buscarme las habichuelas por otros medios (desde 1997 no ejercía la profesión liberal independiente)
Pero que quieres que te diga se me queda cara de tonto…un médico al menos sabe que siempre se puede volver a poner la bata y ganarse con dignidad los garbanzos