Autor | Germán Cintas Araújo.
Hemos hablado de la necesidad de visión estratégica conforme a la escala de nuestro negocio y hemos visto que dicha visión es necesaria y ajustada a la escala de de actuación. Existe otra característica fundamental que ha de poseer un arquitecto con cierta ambición profesional: proactividad, entendiéndola como la capacidad de crear y controlar una situación en lugar de esperar y responder cuando se presente. Acostumbrados a la seguridad económica que otorgaba el título de arquitecto nos hemos conformado con replicar el modelo gremial: un arquitecto se formaba, pasaba unos años trabajando para otro que ejercía de maestro y al tiempo estaba preparado para independizarse y montar su estudio. Generaciones haciendo lo mismo con el pan asegurado han embotado nuestra capacidad de buscar nuevas opciones.
Si miramos alrededor, ¿quiénes son los arquitectos que siguen trabajando? Hay trabajo en aquellos estudios cuyos objetivos han trascendido a los de la media. ¿Cuáles eran estos objetivos? Reconozcamos que como estudiantes gran parte del estímulo recibido se orientaba hacia la aparición de nuestra obra en alguna selecta revista dirigida a nuestro colectivo. Colegios y Escuelas han primado esta concepción del éxito profesional. Ahora que reconocemos la dificultad de este modelo dirigimos la mirada hacia aquellos cuya actividad es un éxito hoy día. Son aquellos arquitectos que investigaron cómo transformar sus conocimientos en dinero [1] anticipándose a los acontecimientos. Son arquitectos que innovaron en su momento.
Cuando hablamos de innovación [2] hablamos de:
- Nuevos servicios o mejora de la calidad de los mismos (proyectos llave en mano, especializaciones)
- Nuevos métodos de producción (multidisciplinariedad, trabajo en red, certificados ISOs)
- Abrir nuevos mercados (introducción en nuevos sectores, crecimiento geográfico, internacionalización)
- Nuevas fuentes de aprovisionamiento de materias primas (subcontrataciones) o de servicios semi-terminados (externalización, complementariedad)
- Creación de una nueva organización de una industria (empresas multinacionales de servicios de arquitectura)
Todo ello redunda en lo mismo: la necesidad de una gestión adecuada de nuestros negocios para adaptarlos a los tiempos venideros si queremos ser competitivos. ¿De verdad creen que multinacionales como Herzog & de Meuron o Zaha Hadid se han consolidado gracias en exclusiva a su capacidad de diseño?
[1] Hablar de arquitectura como negocio no implica un detrimento en la calidad en la misma.
[2] Según J. A. Schumpeter, “Theory of Economic Development”, desarrolló la “teoría del emprendimiento” que dota al empresario de un papel esencial en su teoría económica.
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Germán Cintas Araújo. Arquitecto Superior por la ETSA de Sevilla. Máster en Dirección Estratégica y Negocios Internacionales. Universidad de Sevilla.
Dirección Zona Sur en bsA [Rethinking Architecture]
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[...] El carácter proactivo del arquitecto, o la necesaria capacidad de crear y controlar una situación en lugar de esperar y responder cuando se presente a la hora de abordar el crecimiento de nuestra firma. [...]