Autor | Germán Cintas Araújo.
Una pregunta que se plantea a menudo en los foros sobre internacionalización como salida a la crisis de la profesión en España es la siguiente: ¿entonces ahora todos los estudios nos tenemos que convertir en empresas internacionales, desaparecerán los estudios pequeños? Seamos sensatos.
Si empezamos planteándonos las razones básicas de la apuesta por los mercados exteriores que han realizado algunos estudios andaluces la internacionalización es consecuencia lógica de su proceso de maduración, a saber: la prevista congestión del mercado nacional, el seguimiento de clientes nacionales en su proceso de internacionalización, el fortalecimiento de la posición doméstica a través de la experiencia internacional y la diversificación e incremento de los ingresos de base.
¿Cuál es ese proceso de maduración que ha conducido a la internacionalización? En empresa ese término equivale a “path dependent”, lo que viene a ser el camino recorrido por un negocio, que es único, que lo diferencia y que lo ha llevado hasta donde está. Lo conforman la cadena coherente de decisiones tomadas por sus responsables ante cada escenario al que se ha enfrentado a lo largo de su recorrido. Lo mismo que a la hora de llevar una idea arquitectónica al hecho construido recorremos un proceso que requiere un conjunto de elecciones coherentes frente a cada problema al que la realidad nos enfrenta. Con esto quiero decir que la internacionalización no es más que un proceso particular dentro de un proyecto singular que persigue una visión. La internacionalización no es un objetivo en sí como tampoco lo es el acto de proyectar. Ambos son herramientas particulares para lograr un fin. La internacionalización es parte de una estrategia.
Y ahora volviendo a la pregunta inicial, ¿estudios pequeños o estudios grandes? Respuesta. ¿Todas las obras de arquitectura han de tener la misma escala para ser arquitectura? ¿Es menos el Baldaquino de Bernini que el Pompidou de Piano y Rogers? Diferentes en escala, no dejan de ser soluciones geniales a diferentes problemas espaciales.
El mercado es el espacio, la empresa el arquitecto. Arquitecto y empresa dan soluciones al espacio y al mercado respectivamente. La escala del enfoque de los primeros dependerá de la magnitud de los segundos. Arquitecto y empresa son mejores cuanto más capaces son de dar la mejor respuesta al espacio y al mercado al que se enfrentan. En lo acertado de su estrategia yace el secreto de la excelencia de unos y otros.
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Germán Cintas Araújo. Arquitecto Superior por la ETSA de Sevilla. Máster en Dirección Estratégica y Negocios Internacionales. Universidad de Sevilla.
Dirección Zona Sur en bsA [Rethinking Architecture]
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