bsA [ Rethinking Architecture ]

16 horas a tope. 16 horas de intercambio de información. 16 horas compartiendo pensamiento y buscando mirar el ejercicio de la profesión desde otra perspectiva, con nuevos paradigmas que nos guíen, buscando encontrar la clave que permita que se opere en nosotros de manera efectiva ese profundo cambio de creencias. Sin renunciar a lo aprendido, sin renunciar a nuestra esencia, estando orgullosos de lo que somos y queremos seguir siendo: Arquitectos.

Han sido demasiadas emociones. Hemos probado muchas cosas nuevas. Pensar en comunidad, colaborar en buscar soluciones y más importante aún, darnos cuenta que hay un inmenso campo de aportaciones mutuas que nos generan un enorme y mutuo beneficio, networking vaya “palabro”, aprendiendo de lo que nos cuentan nuestros compañeros y a su vez compartiendo y contando. Produce una enorme satisfacción que de motu propio los asistentes al curso soliciten tener el correo electrónico de todo el grupo, para continuar en contacto. Un primer paso que indica a las claras que el concepto ha calado. Un primer paso en el camino hacia el cambio.

Nos hemos dado cuenta de que los conceptos e ideas sobre negocio no están reñidas en absoluto con poder desempeñar la práctica profesional de manera digna. Incluso puede que haya quien se viera sorprendido cuando compendió que lejos de estorbar, el mundo de los negocios, da soporte, capacita y potencia la labor del arquitecto. Y yendo más allá, nos hemos atrevido a preguntarnos ¿Por qué un arquitecto no puede dirigir una empresa? y ninguno de nosotros ha encontrado ninguna disfunción incapacitante.

Quien nos iba a decir que comprendiendo las buenas prácticas empresariales , de todas aquellas que desarrollan las empresas sólo nos interesan las buenas y de éstas las que son aplicables a nuestro negocio, íbamos a valorar más a las personas, las relaciones, los sentimientos, la motivación o a dar la importancia que tienen nuestros propios valores. ¿No era éste un mundo de tiburones con siete hileras de dientes? Quien nos iba a decir que aquellas ideas tan lejanas para nosotros como la eficiencia o la mejora continua se iban a poder entender de forma tan sencilla. Me permito imaginar que incluso alguien pudo pensar aquello de “…vaya, y esto consiste la eficiencia, parecía algo mucho más complicado”

Y quien me iba a decir a mi que un feedback puede ser tan reconfortante que te lo paga todo, tan emocionante que aporta energía para seguir adelante y que yo iba a disfrutar tantísismo impartiendo este curso. No se si este curso habrá conseguido marcar la trayectoria profesional de los asistentes. Es para lo que estaba pensado y diseñado. En mi caso no tengo duda. Un día hace ya dos años estaba evaluando por donde iba a dirigir mi carrera profesional, cual iba a ser el nuevo camino que llenara mis expectativas y calmara mis inquietudes. Había hecho un sesudo análisis y tenía frente a mi no menos de diez opciones. Aquel día guiado por mi instinto tomé una decisión, elegí un camino y lo hice escuchando lo que me decía mi mente pero también hice caso a lo que en ese momento me gritaba mi corazón.

A todos los asistentes: mi gratitud por hacerme pensar que ese día, quizás no me equivocara del todo

10 puntos como nos muestra el coyote, concretamente para Idoia que no vino sola, Maite, Javier L, basurama todos y en especial Alberto, Iñaki, Jimena, Luis R, Javier S, Olivier y Xabier, Patxi, Agustín, Michelangelo (one???), Borja, Sonia, Luis E, José, Helena, Ziortzia, Miren, Wall-E, Federico S, Carlos, Pkmm, Enrique, Rocío y Carmelo, Federico M, Ricardo, Xabier, Steve y Bill como no, Tomás, Iurdana, Chus, Daniel, Javier GdV y Angel. Y a todos los que desde el decanato y las delegaciones del COAVN hicieron posible que se celebrara un curso tan diferente, tan raro y tan complicado de organizar.

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