autor | Javier Poveda
Artículo publicado en expansión “La forja de una carrera internacional”
Hace unos meses, en la Universidad de Alicante, me invitaron a dar una pequeña charla a los alumnos de 4º curso de Arquitectura acerca del ejercicio profesional en arquitectura en una firma grande. Se tituló: “Otra posibilidad”, en referencia a que el desarrollo profesional en las firmas de arquitectura internacionales es otra posibilidad con respecto al profesional liberal o al pequeño estudio de arquitectura. Ni la única, ni necesariamente la mejor, simplemente otro camino. No entré en polémicas, pero parece que levantó algunas ampollas.
Animé a desprejuiciarnos de ciertos dogmas. Además no se pretendía hacer proselitismo, sino explicar a los jóvenes arquitectos que decidan emprender una carrera internacional lo que nunca se explica: cómo funcionan las cosas ahí fuera.
Con ésta situación de escasez, lo primero que hay que tener claro es que irnos a trabar fuera de España no significa necesariamente emprender una carrera internacional. Si nos vamos a un estudio de arquitectura local en Alemania, que trabaja en las mismas escalas, con clientes locales y estructura de estudio, estamos haciendo lo mismo que se hacía aquí hace diez años, pero tres mil kilómetros más lejos.
Plantear una carrera internacional es un cambio de escala.
Quizás en cuarto o quinto curso, uno no tiene las cosas suficientemente claras como para poder planear qué va a hacer, pero algunas inclinaciones personales o afinidades nos pueden dar algunas pistas. Si uno siente curiosidad y gusto por los aeropuertos o los edificios en altura, sólo por la tipología y la escala, ya puede imaginar que su destino estará en una de las firmas grandes. Son las que llevan a cabo esos proyectos y hacia ellas tenemos que mirar. El razonamiento inverso también puede ser válido.
Cuanto antes nos lo planteemos, mejor. No hay porqué esperar a tener un título para preguntarme: ¿ahora qué hago?
La primera pregunta es de análisis externo: ¿Quiénes son esas firmas? ¿qué hacen?¿dónde están?
La información nos da poder. Poder de decisión, para tener todas las opciones y elegir libremente hacia donde dirigir nuestros esfuerzos. A poco que busquemos, podemos averiguar quienes son las firmas más potentes en edificios de transporte o las más prestigiosas en edificios en altura. Buceando por sus webs, podremos ver que los tres grandes destinos donde se implantan hasta el momento: Norteamérica, Emiratos Árabes y Asia. Suelen publicar sus portfolios y sus secciones de empleo podemos ver qué vacantes tienen y qué nos exigen.
Diseño e implantación de nuestra estrategia.
Cuando uno se lo plantea con previsión y cierta intención, cae en la cuenta de la perogrullada de los idiomas y en lugar de irse de Erasmus a Palermo y disfrutar de la estancia, decide irse a una Universidad recóndita del Reino Unido aunque sólo sea para dominar el idioma u optar a una estancia becada en China aunque nos cueste dinero.
Hasta que la Sudamérica hispano-hablante se convierta en el destino de las inversiones mundiales, estamos en desventaja competitiva con respecto a los angloparlantes o los chinos. Hay que suplirla como sea.
Mientras estemos bajo la batuta del mundo anglosajón, hemos de atenernos a su manera de entender las cosas. La formación universitaria española tiene buena consideración, pero no es suficiente. Los postgrados y masters en universidades norteamericanas nos van a dar un valor añadido nada desdeñable.
Es normal. Si de las diez firmas más importantes en edificios para el transporte (aeropuertos, estaciones de tren de alta velocidad, etc..) hay cinco norteamericanas, parece lógico que entre mejor quien ha pasado por susuniversidades. Si somos capaces de acceder a Columbia, el MIT, Harvard o alguna de las top, la ventaja es abismal.
La segunda consideración a tener en cuenta es que padecen de cierta endogamia. Es decir, la gente sale deAECOM para fichar por AEDAS. Deja HOK para ir a Woods Bagot. Cuanto antes entremos en el circuito mejor. La manera de entrar es intentar conseguir un internship de los que ofrecen. No es fácil de conseguir pero es lo ideal.
A diferencia de otras profesiones, en España, a los alumnos de arquitectura de quinto curso no vienen las grandes corporaciones a cazar talento, a explicar sus planes de carrera y a recoger currículos. Por tanto esa información nos la tenemos que guisar nosotros. Y para tener una cierta idea de por dónde van los tiros, tenemos que estudiarnos los perfiles que publican en los nombramientos.
Así vemos que para llegar arriba al cabo de quince años, habremos pasado por dos o tres firmas de las grandes, habremos trabajado en cuatro o cinco destinos y finalmente habremos encontrado nuestra plaza fuerte. A priori suena muy atractivo trabajar en Los Ángeles, Singapur, Dubai y Hong Kong.
>>Stefan Krummeck. Socio de la firma británca TFP en Hong Kong.
Pero hay que ser consciente que implica renunciar a muchas cosas.
Una de ellas, renunciar a volver a España probablemente, quizás es la menor en comparación con los peajes familiares y personales. La vida se ve de una manera con veinticinco años y con el paso de los años el punto de vista suele cambiar. Eso también hay que saberlo. También ésta percepción va cambiando.
“El mundo es pequeño cuando se usa”
Creo que estamos ante unas generaciones que nacen con vocación global: arquitectos born global.
La cruda realidad hace que los jóvenes arquitectos miren al exterior para desarrollarse profesionalmente. El cambio de escala se hace efectivo cuando relativizamos los viejos dogmas del ejercicio de la profesión, los templosestablecidos, y cuando los ojos de éstos arquitectos estén en el RIBA, AIA o LEED. Eso es un punto a reflexionar por nuestros Colegios de Arquitectos. Sus aspiraciones no estarán en la muestra de arquitectura de ámbito autonómico sino en el Council of Tall Buildings.
Arquitectos que hasta ahora en España han sido considerados de segunda. Que al contrario de lo que cuentan en los mentideros, son muy buenos, y que en unas décadas estarán en los puestos de dirección de las grandes firmas. A esos arquitectos del mañana, hoy no se les explica nada de esto ni en las Escuelas de Arquitectura, ni en los Colegios profesionales.
Y lamentablemente, las grandes firmas no van a venir a plantarnos la oportunidad encima de la mesa.
Aquella tarde conté lo que me hubiera gustado que me contaran a mi.
Que hay muchas maneras de ser arquitecto, y que la carrera internacional es sólo otra posibilidad del ejercicio profesional. Pero ahí está, y creo que sería interesante tenerla en cuenta no sólo por los jóvenes arquitectos, sino tambien por las instituciones vinculadas a la profesión.
4 comentarios
Enhorabuena, Javier, un gran artículo.
Querido JJ,
No sé como fue tu conferencia pero este texto es casi como el de Khan y el ladrillo, preguntarle a cada arquitecto lo que quiere ser y no seguir el dogma establecido.
Como Arquitecto de RIBA y con experiencia en diferentes equipos ingleses entre ellos Rogers, animaría a cualquier arquitecto a introducirse en un equipo multidisciplinar de 40 personas y disfrutar de la escala, la problemática y complicación de un proyecto de envergadura.
Después de colaborar en la Jubilee Line Extensión, la Reforma de Peter Jones o la T4 de Madrid, diría que la base para desarrollar estos proyectos son tu equipo.
Por último ánimo a los estudiantes a leer el libro The Fountain Head, trata de la vicisitud de un joven arquitecto entre una gran firma y un estudio pequeño conceptual.
Creo que siempre hay tiempo para formar tu pequeño estudio, pero sólo un tiempo limitado para integrarte en los estudios grandes.
Cuando un verano coincidí con unos arquitectos de Singapur a través de la Architectural Assciation, me dijeron no conseguimos que vengan jóvenes españoles y nos encantaría…..
El mundo se hace pequeño cuando tu escala cambia de coger un autobús a coger un avión. Pero tus ganancias son infinitamente mayores.
Suerte a todos.
Hola Javier me gustaria saber tu opinion sobre cual es la edad que consideras limite para integrarse en un gran estudio internacional.
Hola Raul,
creo que es una cuestión que atiende bastante al sentido común. Tenemos más posibilidades cuanto más jóvenes. Conforme van pasando los años van exigiendo una experiencia en determinadas tipologías o escalas que si estás fuera es difícil de alcanzar. De manera exponencial.
Si hubiera que poner una franja de edad yo diría 35-40. A partir de aqui yo lo veo muy dificil si no has estado nunca.
Saludos,
Javier