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Por qué el Compromiso Social del Arquitecto es imprescindible

Autor |Luis Etxegarai

EL COMPROMISO SOCIAL DEL ARQUITECTO (CSA) EN EL CONTEXTO DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA O EMPRESARIAL

Como arquitecto en el ejercicio de la profesión, ¿eres consciente de que tu actividad profesional genera impactos en el medio ambiente, en las relaciones laborales con tus asalariados y colaboradores que prestan su asistencia técnica en la redacción del proyecto y en la dirección de obra, en tus clientes y en la comunidad en la tiene su campo de acción la actividad que desarrollas? ¿Lo son nuestras organizaciones colegiales en el ejercicio de la labor que la sociedad les encomienda?

Me referiré en adelante a las diferentes formas de ejercicio de nuestra profesión y a nuestras agrupaciones profesionales con el término genérico de “organización” para definir a un conjunto de personas que se reúnen con unos fines comunes y ponen en común su actividad para alcanzar dichos fines.


Bajo el concepto de nuevo cuño “Compromiso Social del Arquitecto (CSA)” pretendo particularizar en el ámbito de las empresas de Servicios Profesionales de Arquitectura y de los Estudios de Arquitectura tradicionales el concepto de Responsabilidad Social Corporativo o Empresarial desarrollada por la ISO 26000, que de facto es una guía de aplicación de la RSC-RSE en las organizaciones.

La Comisión Europea ha puesto el foco de atención en la necesidad de ir más allá de un modelo económico basado solo en el crecimiento económico, advirtiendo de que para crear valor más allá del corto plazo (hoy por hoy en nuestro sector labor casi imposible) hay que incorporar a la visión de negocio principios de sostenibilidad social, medioambiental y económica(1). En este contexto, la adopción de principios de Responsabilidad es considerada como base de la competitividad sostenible en el tiempo y del crecimiento futuro. Una acción social y medioambiental prolongada genera más valor que centrar todo el análisis de una organización en los resultados económicos a corto plazo(2).

Pero, ¿qué es la Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial (RSC-RSE) o, en el ámbito de los profesionales de la Arquitectura, el Compromiso Social del Arquitecto (CSA)? Lo que no es el CSA es únicamente una acción social o filantrópica. El CSA debe ser una acción transversal que se integre en la estrategia, en la gestión y en el liderazgo de nuestras organizaciones que ayude a avanzar a los arquitectos en su posición competitiva(3).

Y, ¿por qué debemos de aplicar criterios de Compromiso Social de nuestras organizaciones? Porque la sociedad, a través de nuestros clientes, a través de los usuarios de nuestros edificios y de los grupos de interés que en general inciden en nuestra actividad, son conscientes de que pueden influir en nuestra actividad y ser un instrumento de presión. Es una demanda real. Un 30% de los ciudadanos declaran que dejarán de consumir marcas, productos o servicios no responsables en 2.013 (anteponiendo la RSC-RSE al precio del producto o servicio, la fama, la marca u otras circunstancias) y un 29,3% afirma que ya tienen en cuenta este criterio de compra o contratación, descartando a los no responsables(4). Los clientes pasivos se están acabando. Los procesos participativos de la sociedad en el diseño de sus necesidades urbanas se multiplican. Los grupos de interés quieren influir en nuestra actividad, bien por motivos sociales, medioambientales o económicos, o por una mezcla de los tres.

El CSA matiza a la RSC-RSE en que si bien ambas son una acción responsable de una organización hacia el medio en que opera, en el caso de la Arquitectura, nosotros le debemos a la sociedad esa acción dado que la sociedad reconoce a la Arquitectura una función social. Partimos en una situación de deuda con la sociedad. La sociedad confía en nosotros unas determinadas atribuciones profesionales y espera de nosotros que le devolvamos esa confianza en forma de buenas prácticas en tres campos:

  • Responsabilidad social: Debemos de desarrollar un modelo de profesión útil a la sociedad, que aporte valor añadido al bien común y una mayor atención a sus demandas de carácter social. Debido al uso intensivo de mano de obra y al riesgo de accidentes laborales en el sector de la construcción, la sociedad espera de nosotros una mayor implicación en las acciones en materia de seguridad y salud en la ejecución de obras. Y por otros motivos, espera que en nuestras organizaciones se generen igualdad de oportunidades en nuestros centros de trabajo. En esta misma materia, si bien la reciente modificación estatutaria en materia deontológica aprobada por el CSCAE en materia de contratación fraudulenta bajo la figura del falso autónomo es un paso en la buena dirección, es imprescindible entender que la buena práctica en materia de contratación pasa por cumplir la ley. Los COAs deben de dejar de prestarse a publicar ofertas de trabajo de dudosa apariencia legal y los arquitectos, de ofertarlas por Responsabilidad social.
  • Sostenibilidad medioambiental: Referida a la acción de nuestras organizaciones, la sociedad espera no solo una reducción en las emisiones de CO2 en los edificios (tanto durante su construcción como en su ciclo de vida), la reutilización de materiales de construcción, la reducción de la contaminación acústica y de los residuos de construcción, y la reducción del impacto urbano de los edificios en el contexto en el que se emplazan, contribuyendo a la armonización estilística y funcional de los edificios en su entorno, sino también la implantación de estándares de gestión ambiental en toda la cadena de suministro, extendiendo el CSA a nuestros proveedores(1).
  • Sostenibilidad económica: Debemos ser conscientes de los cambios y las transformaciones económicas que si dependen de nosotros, haciendo un uso responsable y ético de nuestro “ahorro consciente”, que se podría gestionar a través de una banca de naturaleza social y ecológica a razón de los proyectos que financia (Banca ética)(5).

Como toda estrategia de diferenciación, el CSA debe de ir acompañado de una correcta y eficaz política de evaluación y comunicación. Debemos de ser capaces de transmitir a los grupos de interés que inciden en nuestra actividad el alcance de nuestro Compromiso Social.

Para finalizar, creo que nuestras organizaciones colegiales deberían de liderar este proceso de toma de conciencia del Compromiso Social del Arquitecto como apuesta de futuro de la profesión y factor decisivo de diferenciación frente a las tensiones competenciales que estamos sufriendo. Debemos de ser percibidos por la sociedad como comprometidos con sus inquietudes sociales, medioambientales y económicas si queremos que ser reconocidos como actores de cierta acción social llamada Arquitectura.

(1) “BRC Project Buillding Responsible Competitiveness. Guidelines to Enhace CSR in the Construction Sector”. European Commission.

(2) “Creating value from Corporate Responsibility”. PricewatehouseCoopers LLP.

(3) ” La responsabilidad social empresarial en Euskadi. Marco metodológico de aplicación”. Innobasque – Agencia vasca de la innovación.

(4) III Informe “El ciudadano español y la R.C.” Fundación Adecco.

(5) “Responsabilidad económica”. Jorge Vilaseca.

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Luis Etxegarai Ilundain [@luisetxegarai] Arquitecto eCo-creador. Redes + co-diseño + eCodiseño = eCo-ideación,eCo-laboración, eCo-creación, eCo-diseño, eCo-producción …

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