La pregunta del millón
Hemos hablado en muchas ocasiones sobre los cambios de contexto que han conducido a la crisis del modelo de trabajo tradicional en nuestro país. Estamos todos de acuerdo en la realidad de que somos un colectivo conservador en materia empresarial. Somos conscientes de que antes o después los cambios actuales propiciarán un nuevo escenario donde solo los estudios y profesionales que se adapten, reinventen o innoven tendrán cabida. Adaptación, reinvención e innovación sólo serán posibles mediante procesos creativos conducidos desde el emprendimiento.
Autor | Germán Cintas Araújo.
La pregunta la lanzaba María Caffarena, arquitecta establecida en Madrid, emprendedora y fundadora de la empresa goglobalgood. María es mi amiga desde la carrera y siempre que hemos coincidido hemos jugado a poner en crisis la profesión y estudiar nuevas líneas de negocio donde el arquitecto tuviera cabida. Convencidos de la necesidad que tenemos de encontrar nuevos espacios donde desarrollarnos, me ha invitado a participar en una propuesta para infundir nociones de emprendimiento a los arquitectos. Y el punto de partida era esta cuestión.
Yo recuerdo que allá finales de los ´90 los titulados en derecho tomaban las calles manifestándose exigiendo al Gobierno medidas para paliar el paro en el sector de la abogacía. Tradicionalmente la carrera de Derecho era la salida natural para todos aquellos que optaban por la rama de letras en Bachillerato (el BUP entonces). Los abogados tenían una organización gremial similar a la de los arquitectos: al finalizar la carrera se realizaban trabajos de pasantía en despachos consolidados, donde tras aprender la profesión lo natural era independizarse montando uno propio. Pero el mercado se saturó, los años de pasantía se hacían interminables, bajo unas condiciones laborales paupérrimas. No había demanda suficiente para dar trabajo a tanto licenciado y el sistema tradicional colapsó. Al día de hoy, ¿a alguien le sorprende que el director de su sucursal bancaria sea abogado? ¿Cuántos directores financieros hay con esta titulación? Y así, encontramos abogados trabajando como directores generales, jefes de venta o en múltiples estamentos de la Administración. Los abogados terminaron por encontrar nuevas salidas profesionales, nuevos nichos en mercado laboral emprendiendo caminos innovadores y haciéndose fuertes en ellos.
¿Seremos capaces nosotros de encontrar esos espacios? Basta con darnos cuenta de un hecho sencillo: los arquitectos somos más capaces de lo que pensamos. Nos percibimos a nosotros mismos como especialistas; podemos diagnosticar una patología edificatoria, podemos resolver cálculos de ingeniería o realizar perspectivas en 3D. Pero tenemos muchas más capacidades de las que no somos conscientes porque las hemos adquirido gracias a la práctica profesional sin darnos cuenta. ¿Sabemos los arquitectos trabajar en equipo, tenemos dotes comerciales?¿Sabemos planificar, resolver problemas, cumplir objetivos?¿Somos capaces de convencer a nuestro cliente, de realizar presupuestos?¿Alguien sabe mejor que nosotros cómo llevar un proyecto desde la idea a su ejecución y puesta en marcha? Pues estas habilidades están muy bien cotizadas en muchas empresas, es más, son las herramientas necesarias para crear nuevas empresas. ¿Y no se reconoce el arquitecto como alguien creativo?
Por supuesto que para ello es necesario desaprender, descomponer nuestra disciplina hasta reconocer qué capacidades nos hacen ser arquitectos, más allá de las aceptadas por tradicionales, y saber cómo trasponerlas en nuevos espacios donde no estamos estado nunca. También es cierto que el momento es el más crudo para llevarlo a cabo, los abogados tuvieron unas circunstancias más favorables para llevarlo a cabo, pero dada la densidad de profesionales en el país no quedará más remedio que hacerlo antes o después. A este respecto los profesionales deberían concienciarse. Los Colegios y el Consejo deberían tomar nota de ello. Un arquitecto de prestigio jamás contará el secreto de su éxito, que probablemente no radique en su capacidad proyectual y de diseño en exclusiva, sino en otras que siempre permanecen veladas en conferencias y medios de comunicación especializados. Eso es tan simple como pensar que la Coca-Cola es la bebida más vendida por su sabor y sus burbujas.
Hay que ser creativos, innovar, tener nuevas ideas y testarlas para saber qué quiere nuestro cliente potencial antes de arriesgar capital. Como veis no es cuestión de inversión; con tiempo y dedicación, y buscando la ayuda adecuada puede generarse un buen negocio, ¿o de verdad no conocéis ejemplos en otros sectores?
Un Comentario
El problema es más serio y viene también desde la escuela en la que aun hoy, nos enseñan cómo si solo pudiésemos ser arquitectos, cuando hay un mundo entero más allá del despacho, y ¡tremendamente atractivo!