No es tu caso, ¿no? Anyway…vayamos con la entrada de hoy.
Por Alberto Alegret Burgués.
Especialidades según el valor creado.
Muchos autores, de tradición productiva industrial, identifican la especialización con la división material del trabajo. Cada trabajo autónomo genera un especialista, aparentemente conectado pero independiente, incluso por el gremio que lo ampara. Un caso típico son los oficios de la construcción. ¿Porqué un solador no puede hacer regatas? ¿Porqué una empresa estructurista de hormigón no puede serlo también de estructuras metálicas? ¿Por qué no existe un industrial que nos haga un baño completo? ¿Por qué el que coloca un suelo de mármol no puede hacerlo también si es de madera?
Nuestra opinión es que sólo existen especialidades en la medida en la que existen los generalistas. Las especialidades vienen representadas por los especialistas, pero sólo pueden añadir valor si se aplican por generalistas. Es decir si la ciencia se desarrolla de lo general a lo concreto porque nadie puede profundizar en lo concreto sin dominar lo general. A tal fenómeno no resulta ajeno el planteamiento de Hawking [1] en su célebre “Historia del tiempo”, cuando correlaciona la energía cósmica con la molecular –energía fuerte y energía débil-. La estricta separación del trabajo es un planteamiento superado por la propia industria, revolucionada desde Henry Ford hasta los sistemas de Producción de Toyota: el Just in Time de Taiichi Ohno (1912 -1990) a la producción por objetivos.
Tener una especialidad no quiere decir ser un especialista. ¿Es un especialista aquel que tiene el máximo nivel de conocimientos posible sobre una materia especial o praxis técnica? ¿O más bien es aquél que cada día anda repitiendo el mismo trabajo, consiguiendo la máxima productividad posible?[2] Ya adelantamos que no lo tenemos claro, debido al distinto punto de vista con el que nos contestemos. Si lo hacemos como profesionales, la concentración del saber conforma al especialista: la propia carrera de arquitectura y el oficio del Arquitecto es una especialidad de la Ciencia. Pero si lo hacemos desde el enfoque de un cliente querremos que un especialista solucione nuestro problema, tenga el título que tenga, necesita solucionadores. En palabras de Julio Cano-Lasso
“Esa idea de Vitrubio de que todas las ciencias se unen y comunican parte de su contenido y de la unidad del saber, me parece clave del saber humanístico y base de una acertada formación del arquitecto” [3]
En sucesivos post hablaremos de cuatro especialidades de los generalistas:
1) El Profesional orientado a sus Capacidades técnico-artísticas
2) El Profesional orientado al Producto: la Arquitectura
3) El profesional orientado al Cliente
4) El profesional de proximidad orientado al Usuario
Breve Presentación
Estamos de estreno, Alberto Alegret se incorpora como autor a este blog. Alberto nos aportará una visión más intelectual-académica en este blog y estoy seguro que nos aportará a todos mucha luz en los temas que aborde. Alberto Alegret Burgués tiene un perfil rico y complejo. Es Doctor Arquitecto con una larga experiencia en la práctica profesional, experto en arquitectura legal y urbanismo, tiene formación en escuela de negocios IESE Business School y es profesor universitario. En la actualidad compagina la práctica profesional en CEIAM cabré alegret con la dirección de bsA Catalunya. Suerte maestro.
[1] HAWKING, Stephen W. (1988) ”Historia del Tiempo: del big bang a los agujeros negros” Ed. Crítica. Barcelona
[2] ALEGRET Alberto, BENDALA Fernando, VALDIVIA Fernando (2005) “La Práctica Pericial: acceso, formación y metodología” Estudios de Derecho Judicial nº 108, V. Jornadas Consejo General del Poder Judicial y el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España. Logroño
[3] CANO LASSO, Julio (1995) “Julio Cano Lasso, ESTUDIO CANO LASSO” Editorial MUNILLALERIA. Madrid