Andamos en tiempos de escasez de ingresos y eso hace que nos acordemos de lo importante que es equilibrar los ingresos con los gastos y sobretodo de procurar que haya más de lo primero que de lo segundo, porque si no nos toca poner pasta de nuestro bolsillo. No quiero entrar en comparaciones con los problemas de déficit presupuestario que están atravesando España y todas las comunidades autónomas, pero si que es bueno que sirva como botón de muestra para darnos cuenta de que estamos hablando de algo decisivo.
Entraremos en arena, ¿por qué es importante redactar un presupuesto anual? (en cualquier circunstancia económica, ya sea de crisis o de bonanza)
Un presupuesto implica una previsión de ingresos y otra de gastos, como primera medida. En una empresa, su confección es labor del gerente, apoyado por el departamento administrativo. La aprobación corresponde a la propiedad (socios). En un estudio de arquitectura no suele haber ni gerente ni contables y esto supone un problema. La solución que aporta bsA, para que no te quedes como Gary Cooper “sólo ante el peligro”, está en su servicio de gerencia outsourcing, donde capacita a alguien en el estudio para redactar ese presupuesto aportando los criterios (un arquitecto es una persona inteligente y es perfectamente capaz de hacerlo) y luego presenta a los socios ese presupuesto para su aprobación.
Tener una previsión de ingresos, los ciertos (ya contratados) y los inciertos (por contratar y que por lo tanto debemos estimar) es un primer paso. Estas ventas generaran unos costes directos (es decir que se producen por el hecho de dispensar el servicio) que deberemos prever con el mismo criterio que los ingresos. El tercer paso es presupuestar los gastos fijos que vamos a tener independientemente de que hagamos o no hagamos proyectos (gastos generales)
Conviene ser fino a la hora de hacer previsiones. A veces conviene incluso hacer dos escenarios, uno pesimista y otro más optimista, para poder hacer una previsión de riesgos más completa.
Una vez obtenido el resultado de la resta, tenemos el beneficio antes de amortizaciones e impuestos (el famoso EBITDA que tanto se ha utilizado para valoración de empresas, con resultados más que discutibles). A la vista de este dato y de los supuestos que hemos hecho ya disponemos de información para el apoyo en la toma de decisiones. Para un arquitecto y en los tiempos que corren este es un dato relevante, porque lo que le falta por restar hasta llegar al beneficio son las amortizaciones y los impuestos a devengar. Quien sea capaz de tener beneficio con la que está cayendo merece un monumento y desde luego que ya nos gustaría tener que ocuparnos de la política de amortizaciones o de la fiscal. (Lo obviaremos)
Ya hemos hecho una previsiones, esperemos que con buen criterio, ahora nos queda hacer el seguimiento. Depende de cada empresa la periodicidad del control, pudiendo ser trimestral o semestral.
El presupuesto es un documento operativo donde está reflejada TODA la actividad de la empresa en el año siguiente y esto abarca: Estrategia y dirección, comercial, marketing, comunicación y ventas, operaciones, Tic´s, finanzas, etc.
Los beneficios que se obtienen de la redación de un buen presupuesto son la evaluación de riesgos (la posibilidad de establecer planes B si los planes no nos salen como a Anibal Smith, jefe del equipo A) la implementación de las acciones comerciales necesarias, el dimensionamiento de los gastos fijos a su justa medida, etc, etc, etc.
“Y hasta aquí puedo leer” como decían en el “un,dos,tres responda otra vez”. Habría mucho más de lo que hablar, pero excede el ámbito de este blog y como es natural entra dentro del asesoramiento que damos a nuestros clientes.
Terminamos por hoy.
Conclusión: presupuesto anual: yo que tú sí lo haría forastero.
Si no quieres que tu dinero se vaya por el sumidero